domingo, 30 de diciembre de 2012

Lo mejor... Lower Dens, NOOTROPICS




6. Nootropics, Lower Dens

Lower Dens, cuarteto de Baltimore con los nombres de Jana, Geoff, Abram y Will, crean los mejores escenarios melódicos para que uno se pierda a placer en ellos. "Divertido" quizá no sea la idea primaria que se genere al escuchar el álbum por primera vez, sin embargo, según se repite una y otra vez, comienza a surgir esta sensación de movimiento involuntario que a uno tanto le entretiene. Quizá sean las drogas nootrópicas aludidas por el álbum, quizá es la música misma que nos droga... o vaya, para qué digo quizá, la música es una droga, es la droga; y como paréntesis, nootrópico es el nombre que le dan a las "drogas inteligentes", llámense estimulantes de la memoria, potenciadores cognitivos funi-fula, funi-fula. Realmente puedo ver la relación entre ambas cosas. Pero hablar de narcóticos no es lo mío y posiblemente jamás lo sea, así que mejor continúo con la música.

Mientras que de inicio "Alphabet Song" no parece tentar las pasiones lo suficiente, "Brains" rescata la tan importante parte introductoria del álbum; rasca el cerebro con su hipnótico himno de declaraciones sin sentido que se repiten en oleaje, constatando que la música y la atmósfera son tan importantes como la lírica, incluso a veces -y repito, a veces- la combinación de ambas son más sustanciales. Por si fuera poco, "Stem" se agarra de dicha combinación desechando por completo el uso de la palabra y funciona como outro, largo y enérgico ante unos discretos bits, unos silenciosos reverbos y sintes repetitivos. "Propagation" es una belleza en su sentimiento, los trazos que se pintan, nuevamente ayudados por las guitarras tan atractivas y melancólicas, son difícil de olvidar una vez que se da por finalizado el momento. Les aseguro que querrán regresar a ella una y otra y otra vez. El efecto estupefaciente, no sólo relaja y nos hace perdernos, sino que es altamente adictivo. "Lamb" tiene un poco de Joy Division con ese sonido tan abrupto y agudo de la batería (sintetizada, por supuesto), pero que enmarca el contexto con una frialdad hechizante y les confesaré que no entiendo nada de lo que Jana Hunter canta, aunque eso no es imposibilidad para maravillarse ante la emoción de su voz (y qué voz). "Candy" y sus guitarras, nuevamente, crean una fuerza de atracción que no se puede combatir, con esos efectos tan deliciosos que sin duda atraparán la imaginación de los guitarristas-pedaleros, y el ritmo, como lo dije en un principio, nos lleva a los movimientos involuntarios de torso sincronizados a la perfección. "Lion In The Winter Pt. 1" es intro para "Lion In The Winter Pt. 2", brillante, lo sé. Y si sus oídos musicales han viajado hasta los fríos páramos de Islandia, encontrarán similitudes tan claras como el hielo con una pequeña banda llamada Múm (el hermano perdido de Sigur Ros despojado de toda solemnidad). Finalizando, "Nova Anthem" es oscuro en su mensaje, palabras y frases sin conjeturas, pero que terminan pintando la idea general: animal soulless place controled by emotion, outthink, displace evolve, escape, mutate, deface, disguise, out pace devious, underground ruling class, shifting tongues, out think, displace, disguise, out pace, open fire or evolve, mutate the whole shit-house goes up in flames, this is war to exterminate electric storms of violence sweep the planet... y así sucesivamente. "In The End Is The Beginning" es el clímax idílico para el álbum-droga que espina y nos hace adictos; una movida muy inteligente, pues sin duda -al menos en mi caso- escuchar una sola vez este disco es inviable.

Nootropics es el segundo álbum de Lower Dens y en él, no hay rasgo alguno que indique debilidad ni huecos pasados por alto. El sonido es sólido, sus atmósferas etéreas, sus guitarras -sí, lo repito y lo repito y de aquí no me sacan- son el núcleo alucinógeno que lo adhiere todo y Hunter es la Beatriz a nuestro Dante, que sirve de guía en tan surreal viaje. Este va p'al canon.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Lo mejor... Mark Lanegan, BLUES FUNERAL


7. Blues Funeral, Mark Lanegan

"Te falta rock en esta lista", discute mi esposo, y lo mandé a volar. "Está muy folk-y tu lista", comentó en otra ocasión e igualmente, lo mandé a volar. En el momento en que consideré anotar Here de Edward Sharpe & The Magnetic Zeros como uno de los mejores diez discos del año, caí en cuenta que tenía razón... hacía falta más rock en la lista, por lo que repasé nuevamente todos los discos que escuché este año. Ya puedo escuchar su "te lo dije" cuando diga que en efecto, Mark Lanegan regaló al mundo Blues Funeral en este susodicho último año de la humanidad, lo cual hubiese sido un lindo e irónico tema mortuorio.

Talentoso, multi-instrumentalista, multi-facético y prácticamente, una leyenda viva dentro de la historia del rock que quizá muchos desconocen, aunque ahora que lo pienso, no veo cómo puedan no haber escuchado de él. Sus colaboraciones con Isobel Campbell fueron las que me presentaron la rasposa y clara fumadora voz de Lanegan, con su tan seductor rock/blues de Hawk. Gracias a mi esposo, un más profundo sumergimiento a su obra hizo que Blues Funeral se escuchara hasta el cansancio -bueno, ni tan así- por todos lados. Es indudable, desde que inicia, hasta que termina, la gran herencia con la que carga y a partir de la cual se nutre para dar rejuvenecer a un estilo de música que vacila y parece debilitarse en la actualidad musical de un país que vio nacer el jazz, el blues y el rock. Y así "The Gravedigger's Song" declara que el deceso está aun muy lejos del presente: To the stars my love / To the sea / To the wheels my love / Till they roll all over me. Este tipo de música tiene algo que la hace especial, comenzando por el hecho que es la primera en ser desechada por la gran mayoría de la gente que se dice ser amante de la música, quizá por su aparente sin sentido lírico, los ambientes imperfectos que traza entre rasgueos y voces roncas, espacios sonoros que retumban los tímpanos o los escenarios de cigarros y alcohol mal vistos por una sociedad que se empeña en ser doble-moralista bajo sus falsas virtudes. Esta es la razón que encuentro en momentos del disco cuando Lanegan canta: Muddy water / Rising up / You know I feel you / In my iron lung / Muddy water / Celestial flood / You know I feel you / In my iron lung, a lo largo de "Bleeding Muddy Water". Si el blues ha muerto, como lo declara en su título, entonces canciones como "St. Louis Elegy" no tienen razón de ser con estos lamentos de alma herida que encuentra alivio en el santuario de un vaso de whiskey. "Riot In My House" concuerda con todo lo que predica... caos por caos, desmadre por desmadre... There's a riot in my house / Chaos is blossoming / Run and hide little mouse, por si las estridentes guitarras y el retumbar de la batería no fuese advertencia suficiente; esta canción no es para los de corazón ligero, consumidores del pop chicloso y masticado (all you bubble-gum poppers, beware). "Ode To Sad Disco" es la canción más alejada de la línea genérica a la cual se apega el disco, con sonidos sintetizados y ecos de ritmos disco, ese sub-género que nadie nunca llegó a entender; el respiro dura muy poco, "Phantasmagoria Blues" regresa a los tonos oscuros que hablan de amores perdidos, relaciones enfermizas, suicidio y tristeza. "Harborview Hospital" parece sacada de un disco de New Order que en efecto puede distraer, así que mejor continuar con "Leviathan" y su melódico subi/baja de la voz de Lanegan que va seguido por el bajo y unos oh-tan-deliciosos-riffs que me hacen hervir de arrepentimiento ante el hecho de no saber tocar la guitarra para jugar con ella de esa manera. Cerrando, "Deep Black Vanishing Train" es quizá la canción más real y personal del disco, en donde uno no puede evitar sentirse como confesor ante el lamento y la resignación: So long light, you're bound to fall / Now isn't that a shame / Casting shadows on the wall / Too late to learn another game / Transfixed by what isn't seen / And what will never change / The times I've tried to free myself / It's been hard to look away.

Admito que Blues Funeral no fue un disco del cual opinara gran cosa, me gustó y ya. Pero ahora que regreso a él y que lo escucho nuevamente en la gloriosa y ruidosa vastedad de los audífonos, comprendo y admito lo magnífico que es, y aunque no se preste como el mejor ejemplo de la obra de Mark Lanegan, pinta un cuadro que da la idea de su grandeza e importancia dentro de un género tan relevante como lo es el blues y su querido engendro, el rock.

Aquí una presentación en vivo con razón del lanzamiento de su álbum: http://youtu.be/dCa9BBVeTjo

Lo mejor... Flying Lotus / Cat Power

Trampa... ¡TRAMPA! Yo misma lo grito a los cuatro vientos, pero no podía dejar de lado a uno, ni al otro. Yo sé que ustedes entenderán.



8. Until The Quiet Comes, Flying Lotus

Seducción. Total y completa seducción. Esa es, creo yo, la mejor manera de describir los sonidos tan suaves, deliciosos, nocturnos. Steven Ellison, el hombre detrás de Flying Lotus, nos juega a sus escuchas, u
na partida de cortejo a media noche y crea el ambiente perfecto para el momento. No es música electrónica, sino una fusión de elementos electrónicos, con jazz, con sonidos orgánicos procesados dentro de la mente de un hombre que vive con un catálogo musical impresionante. Son pocos los momentos en los cuales las melodías van acompañadas de lírica alguna -pues a veces el sonido es la más alta poesía de todas-, cuando sucede la aparición de voces como las de Erykah Badu, Thom York o Niki Randa proporcionan el calor humano necesario que regresa la idea de la música gira alrededor del hombre y no de las máquinas, estas son el medio para un fin. Canciones como "Heave(n)", "Tiny Tortures" u "Only If You Wanna" son deliciosamente sugestivas sin exceso de palabras que puedan arruinarnos el momento. Crean matices y encuadran la diversidad de texturas para que podamos perdernos en ellas. Un vistazo a la portada basta para entender los sonidos, aunque la música finalmente es algo que no es necesario analizar para disfrutar de ella. En el núcleo, "See Thru To U" con la participación de Badu es la gratificación de Until The Quiet Comes; la bellísima voz de Erykah fundiéndose en una línea con esos ritmos tan pegajosos que les aseguro, terminarán por mover alguna parte de su cuerpo involuntariamente. No podrán escapar a sus encantos. En complemento, "Until The Quiet Comes", la homónima del disco, la describiría como un outro de dos minutos que sigue alimentándonos este ambiente nocturno y cómo se escucharía la media noche o las primeras horas de la madrugada, si supieran silbar una tonada; representando la frivolidad recreacional que conlleva la oscuridad.





8. Sun, Cat Power

Chan Marshall es una gatita que nos enseña que los 40 son los nuevos 30. Llena de sabiduría y con la corteza más dura, irrumpió finalmente con Sun, disco que llevaba más de cinco años en gestación. Y es que Marshall es una persona cuyas excentricidades ha logrado plasmar hasta la última nota en su creación musical. No he tenido el placer de verla en vivo, pero por lo que se lee y se cuenta, sus presentaciones no son los conciertos como la convención dicta, sino happenings, en donde ni una presentación será igual a la otra, ni su manera de actuar permanecerá estable durante un corto periodo de tiempo. Finalmente, no conozco persona que -y me incluyo-, dentro de su personalidad, manifieste excentricidades al por mayor, la diferencia es que no aplicamos la locura a la creativada y al creacionismo. Estas locuras, experiencias de vida, la evolución del pensamiento, la edad, se escuchan en la letra y la música que como resultado explotan una de las facetas más profundas de la artista conocida como Power... Cat Power. "Cherokee" es la declaración de amor a sí misma y como todo buen amor, lleno de faltas y errores. En "Sun" expone más su faceta experimental con beats y sintes que acompañan la calidez de su voz, la cual se escucha multiplicada en el espacio denotando la convicción que sólo los años regalan a la forma de pensamiento. Sin embargo, "Always On My Own" me parece que expone en toda su cruda y sencilla gloria, uno de los aspectos más difíciles -dolorosos, problemáticos- de lo que conlleva tener el don y el talento que Marshall tiene, si no, por qué escuchamos su voz siendo ahogada entre el fuzz del bajo y los agudos sonidos del sintetizador: Tell me no lie, under your love / Back to back, tick tock, has begun / Oh, oh, work your love / I want to live my way of living, canta en un tono que casi ruega por el entendimiento. Definitivamente una canción que sobre sale en el disco. La temática "Human Being" es una oda a la humanidad con un sonido de tradición joydivisionesca, mientras que "Manhattan" es en honor a la isla y su personalidad tan multifacética, voltea esa densidad de ambiente y abre el horizonte para revelar una de las más bellas melodías jamás cantadas por ella; este es mi track favorito, entre el tono juguetón de su voz y los tonos que se repiten tan reconfortantes entre el vasto ambiente de la batería. Y en el tercer acto, "Silent Machine" y sus pegajosos riffs, "Nothing But Time", con sus 10 minutos de duración manifestando que tiempo es todo lo que tenemos y el explosivo cierre "Peace and Love" que suena magníficamente a "Kashmir" con esas guitarras que parece como si el mismísimo Jimmy Page las estuviera rasgueando con tanta determinación, mientras Power vomita cada palabra desde las entrañas: Everybody got shit to pay / Can't go lala with fafa hu-rah-rah / Gotta go dealing with DaDa for nada / It ain't appropriate that I'm stoked that I get a hundred-thousand hits on the internet / But that don't mean a shit / Even if you're legitimate. Como audiencia, apreciadores musicales u obsesionados por igual, creo que la honestidad es altamente agradecida y retribuida, y Sun es la declaración de justamente esto, el desnudarse y asumir el papel de dejar expuesta la carne y los nervios con cada canción.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Lo mejor... The Shins, Port Of Morrow



9. Port Of Morrow, The Shins

En el 2004 enérgicamente irrumpió en el mundo, Zach Braff y su Garden State, película de la corriente "indie" con su fresca, y sin embargo poco innovadora, perspectiva ante ese estado de existencia de los "nuevos adultos" -ya saben, los egresados de la universidad buscando su ideológico estar en el mundo y así. Y sí, yo también cuando la vi me sentí conmovida e iluminada, como muchos, cuando creyeron haber encontrado el hilo negro de la gran comedia humana. Lo que ahora le agradezco enormemente a Braff y su opera prima, es el haberme introducido a The Shins con ese diálogo entre Braff y Portman, claramente dirigido a quienes en la ignorancia nos encontrábamos sobre la existencia del grupo de James Mercer:

- What are you listening to? 
- The Shins... you know'em? 
- No. 
- You gotta hear this one song, it'll change your life, I swear.


Y es que sí cambia la vida en el sentido de que es una de esas canciones que se convierten en himnos o estandartes, simbolizando el rito de pasaje, la evolución del futuro idealizado al futuro real y lo duro que puede llegar a ser. Ocho años más tarde, la realidad de ensueño de The Shins sigue siendo igual, lo cual dentro de un mundo siempre tan voluble, termina por ser algo reconfortante.

Uno no puede esconder o negar las expectativas que el escuchar por primera vez lo más nuevo de The Shins produce y Port Of Morrow inicia con excitado dinamismo en "The Rifle's Spiral", sus bajos y guitarras tan sutiles y encantadoras son un absoluto placer; sin embargo, el toque nostálgico de la banda comienza con "Simple Song", recordando su estilo dulce/amargo tan enternecedor que nos sedujo años atrás. Caos, confusión y el punto céntrico que apacigua las aguas llamado hogar/familia/amor. Podría parecer una canción tan ridículamente rosa, pero la voz de Mercer y el sonido que la ensalza la hacen tocar tierra. "It's Only Life" habla de jsutamente eso... la vida; sigue la línea temática de la canción anterior: Well I guess It's only life. It's only natural / We all spend a little while going down the rabbit hole. Y mientras que "Bait And Switch" regala odas al hombre común de buen corazón devorado por una femme-fatale en el tono más ligero y divertido posible, "September" regresa al tono melancólico y grandioso en cuanto a ambiente se refiere con mínima instrumentalización, realmente tan sólo el protagonismo de una guitarra acústica, la voz de Mercer y ecos lejanos de las olas rompiendo contra las rocas. "For A Fool" juega en el mismo lado de la moneda y juega como un cálido abrazo mientras se escucha. Finalmente, la que sostiene como médula la genialidad del álbum, es "Port Of Morrow", una canción, que como muchas de las anteriores, habla de la vida, pero las imágenes que tan bellamente traza, son de fotografías que corren frente a los ojos rápidamente. Es crítica y dura en el más dulce de los tonos, con una melodía que seduce en su letargo, colgándose de cada verso: The cyanide of an almond / Let him look at your hands, get the angles right / Ace of spades, port of morrow, life is death is life / I saw a photograph: Cologne in '27 / And then a postcard after the bombs in '45 / Must've been a world of evil clowns that let it happen / But now I recognize, dear listeners / That you were there and so was I. No es exageración el hablar tan altamente de algo tan ridículo como un "pedazo" de música o un disco entero, y más cuando estos pedazos de música llegan a tener más sentido que la misma realidad. Port Of Morrow es esa grandeza de que les digo, al menos una de las grandezas de este año, y así como voy dando fin a esta entrada, "Fall Of '82" va cerrando por centésima vez, el bellísimo disco de The Shins.

Y aquí abajo, el disco entero...


sábado, 15 de diciembre de 2012

Lo mejor... Heartless Bastards, ARROW

Pues sí. Diciembre hay llegado y a donde volteen a ver, interminables listas aturran páginas web, blogs, revistas, programas televisivos, etc., para contar lo mejor de lo mejor de lo mejor. Y como siempre, no puedo dejar pasar la oportunidad de convertirme en una más dentro de ese ya cansado trend. Así que, una vez más, mi top 10...



10. Arrow, Heartless Bastards

El cuarteto de Cincinnati estrenó Arrow de ahí por febrero y de ahí por febrero obtuve el álbum sin saber absolutamente nada del grupo, del álbum o del hecho de que ellos llevan ya algunos años moviéndose y sacando discos. Este cuarto lanzamiento discográfico fue mi primer acercamiento con su música y fue uno muy agradable. Fríamente puedo decir que no es nada del otro mundo, pero ese nada-del-otro-mundo les sale increíblemente bien.

La fórmula de Arrow: guitarras, batería, bajo. Así como debe ser. La voz de Erika Wennerstrom al frente cargando con esta tradición de mujeres que cimentaron el camino anterior a ella y melodías que evocan la tradición blues/rock/country estadounidenses, bien expuesta en la sutil canción que abre el disco, "Marathon": We were under the same familiar stars, on this long way home. Alusiones al corazón roto, la soledad, el camino, el whiskey... todas estas cuestiones que son ya lugar común y a las cuales se re-visita en "Parted Ways", y que convenientemente es seguida con "Got To Have Rock & Roll", canción que justamente suena a rock & roll y que queriendo-noqueriendo la cosa, parece que Joan Jett aparecerá de un momento a otro lista para echarle otro centavo a la rocola. A través del disco, los temas serán lo mismo, por lo cual admito que es un poco repetitivo y quizá por ello juega dentro de campo seguro, en donde no se arriesgan al conceptualizar, algo que no es del todo malo; escuchar música solamente por el gusto de escuchar, sin querer racionalizar absolutamente cada sonido, cada letra. Esto es quizá el gran logro de Arrow. Escucharlo y querer acompañar la nítida voz de Erika, aunque si como yo no nacieron agraciados de tono y melodiosas cuerdas vocales, mejor ni lo intenten, de lo contrario, canciones como "Only For You" pierden todo su encanto. "The Arrow Killed The Beast" termina por englobar el todo que la agrupación vende con su cuarta entrega: desde una simple hojeada a la portada del álbum en donde se muestra un búfalo americano invadido por los escenarios del viejo oeste -vastos espacios de escasa vegetación enmarcados por coloridas montañas-, hasta el sonido que intentan cimentar como suyo. Esta es la canción que sobresale a mi gusto, altamente cargada de un bellísimo ambiente lleno de imágenes que tocan en casa: On the horizons the warm color of amber / The sky forms shadows all across the land / A simple life out here in the country / Where the skies full of mistery and mistery fills the air. Para alguien que viven en la tierra sin-ley, la tierra de los cielos multicolor, la aridez y la vastedad, esto es pura poesía.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Film, Alan Schneider (un original de Samuel Beckett)

En alguna entrevista, Beckett alguna vez dijo: “No es únicamente que estemos más cansados a causa del ayer, es que somos otros, no ya los mismos de la desgracia de ayer”. Sobre qué hablaba, sólo él lo sabe, pues la frase da para diversas interpretaciones. 34 años más tarde, Beckett le mostró al mundo la personificación de esto que había dicho, mostrando un escenario poéticamente desolado, confuso y solitario con su única incursión al cine: Film (1965), escrita por Beckett, dirigida por Alan Schneider y estelarizada por un ya acabado Buster Keaton. Esta grandiosa (mini)película, la cual escasamente llega a los 18 minutos de vida, inicia con la toma de un ojo, muy parecido a aquel de Buñuel en Un Chien Andaloux. La toma cambia de dicho ojo a una pared alta, larga, erguida completamente de ladrillo, rematando con un desolado y decrépito edificio, una extensión del desolado y decrépito Keaton; realmente todo lo que el film muestra es decrepitud y desolación. Frenéticamente, en aquel momento, aparece corriendo un hombre histérico (Keaton), quien hace todo lo posible para filtrarse discretamente, camuflado por el entorno y permanecer invisible ante la cámara, que en ese momento comienza a seguirlo. Tras chocar con una pareja que se encontraba platicando a un costado del muro, el hombre entra por un portal hacia el edificio. No hay ruido, no hay gente, salvo una viejita que baja con una canasta de flores en la mano; la cámara la toma de frente, ella parece vernos directamente produciendo una muy desagradable sorpresa que la hace caer muerta. El hombre aprovecha esta trágica escena para escapar de la cámara. Unos segundos más tarde, el viejo hombre entra a lo que parece ser su apartamento.

Esta escena del apartamento es quizá lo más significativo de toda la historia; la habitación, así como el exterior del edificio, la pareja y la recién difunta viejita, denota aquella decadencia del hombre que ha entrado nervioso y acelerado, con sus muros desnudos e iluminados desde la parte superior. La cámara, a excusa de seguir a Keaton, nos muestra todos los elementos que se encuentran ahí dentro: la cama, la ventana, la mecedora, el espejo, la foto de Dios, la jaula, la pecera y una canasta con un perro y un gato. Cada uno de estos parece haber estado esperando su llegada, pues lo miran detenidamente, como si supiesen algo de él, algo que incluso él mismo desconoce. Pronto, el personaje cuyo nombre desconocemos, así como su pasado o incluso su presente, a pesar de estarlo presenciando, recorre la habitación con cierta extrañeza, tocando las paredes cual hombre ciego que intenta conocer el mundo a través de los otros sentidos. Sin embargo, la falta de sonido alguno hace hincapié en que tal vez no es solamente ciego, sino sordo, o por qué no, acusa al espectador, a uno como testigo, que lo que vemos es la blancura de la ceguera y lo que escuchamos es el ruido del silencio; nosotros estamos tan ciegos, sordos y decrépitos como aquel que vemos deambular desolado en pantalla. Así pues continúa el vaivén de Keaton por la habitación, un ballet magistralmente coreografiado, incitado por aquellos elementos que se han percatado de su presencia, alterándolo profundamente; en consecuencia, el hombre se irá deshaciendo de cada elemento sobre el cual posa su vista, comenzando por el espejo. Este, el espejo, podría ser el elemento más importante, reflejando no solamente su estado de cansancio físico, sino su propia mirada, esa mirada que tanto evita revelar ante la cámara; la mirada que esconde de nosotros los espectadores y de él mismo. El segundo elemento al cual se le otorga relevancia es el colguije de Dios sobre la ruinosa pared; una escena cargada de simbolismo, creo yo, ya que todo el juego de movimientos que hace el sinnombre, su constante estado de alarma y angustia, parece buscar a su único testigo (jugando con esto de que se ha roto la 4ª pared y uno como espectador lo ve también), el único al cual quisiera confirmar como tal. Sin embargo, toda la vida es un constante rechazo hacia Dios, en el sentido de que las cosas que hacemos, o mejor dicho, aquello que buscamos hacer, son las cosas que tienden a ser mal vistas, incluso prohibidas, castigadas, etc., pero ya podríamos debatir qué visión de Dios se está manejando en la escena, si aquella deidad racional germinada entre las reglas humanas, o aquella deidad subjetiva, ambigua, espiritual creada a partir de la nada que apela hacia el sentido común individual y no al salvajismo colectivo.

Así pues, el Keaton irreal se va deshaciendo de todo, hasta que dar sólo él; un hombre, el único elemento en el universo, sentado sobre su mecedora, hurgando entre viejas fotos que develan las etapas de desarrollo del hombre: como bebé, como niño, como adolescente y así sucesivamente hasta terminar con la fotografía de su persona actual. Esta es la primera vez dentro del filme que vemos a Keaton en su totalidad: un viejo, cansado y maltratado por los sucesos de la vida; un hombre que perdió, o desperdició el poco tiempo que poseía. Él mismo parece percatarse de esto, así que, con ese mismo ímpetu violento con el que irrumpe en el apartamento, comienza a romper las fotografías, eliminando cualquier rastro o evidencia de su presencia en la vida. Fatigado por las emociones, se queda dormido, y la cámara (o Dios, o nosotros) se mueve libremente por la habitación hasta terminar encuadrando al viejo Keaton dormido. Finalmente, despierta sobresaltado y muestra aquella misma expresión sobre el rostro que la mujer de las flores y la pareja en la calle; mira atentamente a quien lo ve: él mismo. Él mismo permanece frente a él, de pie, observándolo, juzgándolo. Bajo semejante escrutinio originado de su misma persona, el viejo Keaton que permanece sentado sobre la mecedora, se cubre los ojos y comienza a mecerse, hasta que termina el filme, nuevamente con el ojo que mira intensamente a través de la cámara. Curioso ver cómo un breve instante nacido de la mente de Beckett nos avienta sin aviso hacia un constante debate simbólico y metafórico de todo cuanto percibimos.

En entrevistas posteriores a la película, Schneider declaró que, a pesar de llevar él el título de director, la verdadera mente encargada de la realización del filme fue Beckett, quien permaneció siempre presente durante el rodaje, y su presencia realmente se transmite a cada segundo. Durante la trayectoria de la película, es posible respirar un aire de completa austeridad, de negligencia, de existencias disminuidas a tal grado que corren el peligro de desaparecer. Film es el retrato de un hombre, hastiado de tantos ayeres, errores, aciertos, experiencias y recuerdos. Es una historia de un carácter filosófico bárbaro, se quiera o no, pues uno no simplemente termina de ver el corto y autoritariamente exclama “me gustó”, o “no me gustó”, o “me pareció regular”. Innegablemente uno debe analizarla y debatirla, sin importar la participación de un segundo o tercero; esta es una de esas experiencias que nos ensimisma y pregunta las cuestiones que muchas veces dejamos de lado por flojera o miedo. Lo poco que he leído de Beckett me ha llevado a concluir que su obra surge a partir del propio cuestionamiento de él hacia él. O quizá no, quién sabe, quién soy yo para pensar tal o cual cosa. Sin embargo, esta es la interpretación a la cual me conduce su visión: la perspectiva de la huída, la decrepitud, la vida como interminable ciclo, Dios/Hombre, u Hombre/Dios, el silencio y la ceguera… y en qué momento todo el caos llega a tener sentido. Es verdaderamente impresionante e interesante cómo una pieza de menos de 20 minutos puede llegar a tocar de manera tan frontal, y a la vez ser tan oscuro en su mensaje, cuando llegamos a ver puestas en escena o películas que en tres horas no dicen absolutamente nada.

Aquí abajo podrán encontrar esta elemental obra cinematográfica, reducida a la pequeña pantalla del tutubo (curioso). Ya mentes como Beckett hay pocas y en esta versión de la modernidad, de la vida, en donde ya nada se entiende de nada, a veces este tipo de mentes son las únicas capaces de dar un poco de entendimiento a algo, a pesar de constante análisis que reclaman. Pero esta ya es una opinión que quizá deba descartarse por completo. 

(Y debido a que blogger se ha convertido en un pedazo de merde, no podré adjuntar esta joya beckettiana, por lo que mejor sigan el camino amarillo: http://youtu.be/Qox-KbkXITU ).



jueves, 22 de noviembre de 2012

Dos extraños suben a un tren... por Hitchcock

Sumergirse al universo de Alfred Hitchcock significa entrar a él y no salir jamás de ahí. La gran obra del maestro del suspenso es justamente eso: grandiosa. No se puede hablar solamente de trama y mantenerse en el límite al explicar: “sí, bueno, la película trata de esto…”, porque es imposible. Hitchcock proporciona con cada película una profunda inmersión a la psicología del ser humano y sus más recónditas perversiones y desviaciones; es una maldad en la que uno se regodea y disfruta a placer, tan sólo para encontrarnos de frente con nuestros propios demonios. Representa la ansia de morbo y curiosidad que nos mantiene al filo del asiento, conteniendo la respiración, las manos sudorosas y la mente tratando de entender lo que está sucediendo y lo que está a punto de suceder, y Extraños en un tren engloba perfectamente todo eso que he enumerado.

Guy Haines (Farley Granger) es un tenista cuya carrera va en ascenso y el hado ha dispuesto que se tope con el sociópata Bruno Anthony (Robert Walker), un junior desempleado que vive de la riqueza de sus padres, en el tren camino a su pueblo natal. Bruno lo reconoce y no deja pasar la oportunidad de conversar con alguien que comienza a destellar fama y ya entrado en confianza, le platica su plan para el asesinato perfecto; todos tienen alguien a quien quisieran eliminar de su camino, argumenta Bruno, en referencia a la esposa que le niega el divorcio a Guy, Miriam, y al padre del mismo Bruno -quien probablemente desee lo mismo para su hijo-. Para dar fin a la enfermiza conversación que han sostenido, Guy concuerda sarcásticamente con todo lo que Bruno ha dicho, simplemente para escapar de la manera más rápida de ahí, aunque aquel lo toma como el pacto firmado por sangre, por lo que comienza a movilizar su plan: Bruno asesina a Miriam y espera que Guy lleve a cabo su parte del trato, aunque este se niega y busca delatar los crímenes de Bruno. En represalia, el personaje de Walker implicará a Guy en el asesinato de Miriam con un encendedor que tiene sus iniciales grabadas. La tensión va creciendo hasta culminar en con un enfrentamiento entre ambos personajes sobre un carrusel que da vueltas descontroladamente, hasta que explota y se derrumba, matando a Bruno en el proceso.

Ninguna trama de Hitchcock es fácil de resumir y de explicar, pues está tan plagada de metáforas, referencias, símbolos e imágenes que dejan entrever una compleja y brillante trama argumental de un genio cuyo principio y filosofía a la hora de contar una historia es hacer sufrir al público tanto como se pueda. Bajo este precepto, construye a sus personajes y los moldea dotándolos de sus propios traumas y obsesiones que son recurrentes en su obra. Ejemplo de ello puede ser el personaje/objeto de la madre. Bruno y su padre son enemigos que no guardan cariño, mucho menos amor, el uno por el otro, tan así que el hijo recurre, como única salida al problema, al parricidio. La madre, por otro lado, sostiene una relación madre-hijo que puede llegar a tocar los límites del complejo de Edipo: él vive mimado bajo el ciego amor de su madre, quien lo atiende en cualquier necesidad, desde su bienestar mental, hasta el físico, como la escena en donde ella le proporciona un manicure -un juego en donde las finas y atendidas manos de Bruno sufren una especie de animalización para convertirse en garras de la muerte, con las cuales estrangulará el cuello de Miriam en un parque de diversiones, pues todo, a final de cuentas, en el gran plan de Bruno, es un juego de contrarios… criss cross.

Otro tema recurrente en el universo hitchockeano es el precepto de que todos tienen alguien a quien quisieran ver muerto. Esta filosofía, si es que se puede llamar así, aparece en otra de sus películas, La soga de 1948, en donde el personaje James Stewart, Rupert Cadell, entra en una larga y deliciosa explicación sobre el arte del asesinato: sólo los seres superiores tienen derecho a cometer asesinato, para librarse de un ser inferior. Los seres superiores, a los que alude Rupert, son aquellas mentes brillantes, intelectuales, burgueses (obviamente), que aportan a la sociedad con su alto estilo de vida y reflexión, mientras que los inferiores van siendo clasificados como aquellas molestas personas que detienen la fila para entrar al teatro, o un mesero que no se apura con las órdenes de la mesa, etc. Bruno, así pues, parece seguir esta escuela de pensamiento cuando, en una de las reuniones del senador Morton, comienza a explicar cómo y por qué cometer el asesinato perfecto, regresando al precepto de que todos tienen a alguien que quieren matar y la idea de asesinar, es una que a todos les cruza por la cabeza.

El asesinato es el tema por antonomasia en la obra de Hitchcock y es el prodigio con el cual firma cada historia. No hay muerte o asesinato que se copie entre sí; así como no hay muerte o asesinato llevado a cabo de la manera más sucia o despreocupada. Cada matanza que el director muestra es en sí una obra de arte y en él, las palabras de Rupert Cadell se hacen realidad: es el arte del asesinato. Es artístico ver cómo todas las piezas se posicionan cuando Bruno acecha a la promiscua Miriam, quien, no satisfecha de tener la compañía de dos hombres, coquetea con la mirada enfermiza de Bruno, mientras éste los sigue por el recorrido del parque de diversiones, culminando con un paseo por el túnel del amor y dar muerte a Miriam en esa escena tan famosa en donde la mirada del espectador se ve distorsionada por las gafas de aquella que yacen en el suelo. La escena parece salir directamente de alguna película expresionista alemana de terror, con ese juego de luz y sombras, en donde la metáfora juega perfectamente el papel que debe: cuando la cámara nos muestra el asesinato de Miriam, es un recuento mediado y fragmentado que pone en entre dicho a la audiencia como testigo. Es la mirada de Hitchcock, funcionando a manera de narrador, eligiendo lo que debe contarse y cómo debe contarse, algo que me recuerda al narrador en El Quijote cuando inicia con el famoso: “En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”.

Habrá que buscar las similitudes y las diferencias entre la novela de Patricia Highsmith, en la cual está basada esta película, y la versión de Hitchcock; aunque a juzgar por personalidades y desviaciones creativas, ambos parecen jugar del mismo lado del jardín. La autora y el director comparten el mismo gusto por el thriller psicológico y esa sensación de satisfacción al sumergir al lector/público en un vaivén de emociones en donde no sienten compasión por nada ni nadie. Podrá ser que en verdad no exista el asesinato perfecto, sin embargo, Hitchcock su mundo, lo ha hecho posible, quizá sea esa la razón por la cual ocupe los primeros lugares en las listas de la crítica y de los cinéfilos (y lectores) comunes y corrientes. Yo siempre he pensado que de analizar y estudiar a fondo la obra de Hitchcock, uno podría cometer el asesinato perfecto, aunque mis filosofías vayan completamente en contra de aquellas que profesan Rupert Cadell, Bruno Anthony, y por supuesto, Alfred Hitchcock.

Aquí les dejo, esa memorable danza de la muerte entre Miriam y Bruno:




martes, 16 de octubre de 2012

"Suprise party"




The turntable hacked up a melancholy blues
The air was heavy with dust and odors
Several zazous danced while holding to their hearts 
Short girls with spasmodic behinds 

In a closet, an amateur obstetrics couple
Delivered themselves to games full of art and naivete
Another in a corner attempted with ardor
Tonsil-coupling, to music. 

Hands encountered one another under too-short skirts
Drunk, two lovebirds-(what if I said: two dodos?)
Looked everywhere for a bed; they were all full... 

Let this happy youth screw itself
Why eradicate from them this impure manure
If their hope restricts itself to rubbing membranes?


Boris Vian

lunes, 15 de octubre de 2012

Mis mañanas descritas por Boris Vian


"Claude Léon oyó a babor el trompeteo del despertador y se despertó para escucharlo con mayor atención. Una vez hecho, volvió a dormirse maquinalmente y, sin intención alguna, reabrió los ojos cinco minutos después. Miró la esfera fosforescente, comprobó que era la hora y rechazó la manta; afectuosa, al instante la manta trepó a lo largo de sus piernas y lo envolvió. Estaba oscuro y todavía no se distinguía el triángulo luminoso de la ventana. Claude acarició la manta, que dejó de moverse y consintió en permitir que se levantase. Se sentó, pues, en el borde de la cama, extendió el brazo izquierdo para encender la lámpara de la cabecera, se percató, una vez más de que la lámpara se encontraba a su derecha, extendió el brazo derecho y se golpeó, como todas las mañanas, contra la madera de la cama.

-Acabaré serrándola -murmuró entre dientes.

Los cuales se separaron de improviso y la voz de Claude resonó bruscamente en el aposento.

'¡Vaya, hombre! -pensó-. Voy a despertar a toda la casa.'

Pero, aguzando el oído, percibió la cadencia uniforme, la suave y pausada respiración de los suelos y de las paredes, y se tranquilizó. Las líneas grises del día se comenzaban a entrever alrededor de las cortinas. Fuera, había la opaca claridad de una mañana invernal. Claude Léon exhaló un suspiro y sus pies buscaron las pantuflas sobre la alfombrilla. Se puso de pie con esfuerzo. El sueño se resistía a escapar de sus poros dilatados, produciendo un blando ruidito, como un ratón que sueña. Desde la puerta y antes de darle al interruptor, se volvió hacia el armario. La víspera había apagado la luz bruscamente, en el instante exacto en que hacía una mueca ante el espejo, y ahora quería volverla a ver, antes de ir a la oficina. Encendió de golpe. Su rostro de la noche anterior estaba aún allí. Rió estentóreamente al contemplarlo; después, el rostro se esfumó a la luz de la bombilla y el espejo reflejó al Claude del nuevo día, a quien Claude volvió la espalda para irse a afeitar. Siempre se apresuraba para llegar a la oficina antes que su jefe."


El otoño en Pekín, Boris Vian
Tusquets Editores México, pp. 29, 30.

sábado, 13 de octubre de 2012

No me hagan caso...

Escribo, escribo, escribo, escribo, escribo, escribo...
y, ¿qué digo?

Nada, nada, nada, nada, nada, nada...

y pienso, pienso, pienso, pienso, pienso, pienso...
en puras pendejadas.


Mi única esperanza es que si tantas pendejadas existen, rigen, gobiernan, rifan y controlan en el mundo, las mías no pueden estar tan alejadas de la realidad y de la ficción. Porque la realidad es ficción y la ficción realidad... es el mundo sin límites.


 

martes, 18 de septiembre de 2012

En clase. Darío. Cómo se hace una novela...

Mes de rosas. Van mis rimas...

En clase. El maestro lee "Azul", poema de Rubén Darío. Entra la primavera con todas esas frases y palabras que tanto me causan revoltijos de ácidos gástricos.

Como a un alba; y las encinas...

Las imágenes me empalagan el oído y provocan el mal sabor de boca. Me da flojera esta exageración sensorial o sentimental y traigo a la mente, nada más para antagonizar y poner el debido equilibrio, el perverso aliento de la madre naturaleza que Von Trier expone en poéticas visuales de la cinematografía como Anticristo.

A recoger miel y aromas...

Prefiero aquellas imágenes paridas de la mente de un depresivo patológico que la alienación color de rosa de un poeta con alas de cisne. Lo he leído ya en alguna otra ocasión y no quería volver a perder mi tiempo con él. Mejor escuchar la voz de Unamuno que parece ser un alma en síntesis con la mía... al menos cuando dice: "Héteme aquí ante estas blancas páginas...". Cosa terrible esta. Blancuras de página, blancuras de cisne, blancuras de estos muros indiferentes de la gélida aula de clases.

¡Oh, amada mía! Es el dulce Tiempo de la Primavera.

martes, 4 de septiembre de 2012

"Odio cósmico" parte 2



Lo prometido es deuda... después de muchos días Blogspot decidió cooperar conmigo y me deja por fin poner videos.

"Odio cósmico", Novo Pilota, E.T.E.R.N.A.U.T.A.

viernes, 31 de agosto de 2012

"Un poco más tarde"

Escribir es buscar la suerte.

La suerte anima las partículas más peque- ñas del universo: el centelleo de las estrellas es su poder, una flor de campo sin incantación.

El calor de la vida me había abandonado, el deseo ya no tenía objeto: mis dedos hostiles, do- loridos, tejían siempre la tela de la suerte.

Al reconocer a la suerte tan nauseabunda an- gustia, tenía el sentimiento de llevarle el hilo que faltaba.

Feliz, yo era su juguete, era su cosa, ELLA era el sol en la espesa bruma de mi desgracia.

La había perdido, pero conociendo los secre- tos de las palabras, mantenía entre ella y yo el lazo de la escritura.

La suerte está velada en la tristeza de este libro. Sería inaccesible sin él.

Georges Bataille en El Pequeño



Hoy aplico la de Jarmusch... he tomado la voz de Bataille prestada mientras me nacen ideas propias. O mejor dicho, mientras organizo el caos de ideas que ya me provocan dolor de cabeza.

lunes, 27 de agosto de 2012

"Odio cósmico", Novo Pilota

En los últimos años, pocas cosas se han escuchado como el E.T.E.R.N.A.U.T.A. de Novo Pilota. Música que aun guarda la intención de pegarle en algún clavo de nuestra conciencia para hacernos entender algo, y canciones como “Odio Cósmico”, dicen más de lo que muchos jamás podremos decir. Escrita dentro del desierto de la soledad, de la guerra, del miedo, de la sangre, esta oda al coraje humano no es un lamento sino una llamada a seguir siempre luchando por uno mismo sin dejar que el terror de la realidad nos venza. El sencillo, que ya había sido estrenado hace un tiempo, vuelve a cobrar relevancia nuevamente ante una nueva realidad y con un nuevo video en donde podemos conocer a quienes están detrás de este sorprendente pedazo de música con el cual tantas personas han podido convivir como uno mismo. Tan sólo un complemento a una canción que por sí sola brilla con su vibrante sonido; el rock que pareció haber desaparecido tras una cortina de pop comercial, regresa y más fuerte que nunca, en una ciudad que muchos han olvidado entre los titulares del periódico para demostrar que del fuego y de las cenizas, los músicos de esta frontera tomaron fuerza y como nunca, se paran guitarra, bajo y batería en mano para enseñar que aquí, el rock jamás desapareció.

-Y ya que nuevamente falla, como es de costumbre, el blogspot, para ver el video habrá que redirigirse a la página de YouTube, aquí: ODIO CÓSMICO

(Aquí, una pequeña reseña del álbum: E.T.E.R.N.A.U.T.A  )

sábado, 25 de agosto de 2012

Nocturno (Ejercicio #6)

(a lápiz atinándole a los renglones con la luz apagada para no despertar a las almas que sí duermen)

Entre cálidas sábanas teñidas de rojo me aprisiono voluntariamente durante una noche cualquiera de verano; de esas peculiares que cambian volublemente sus humores y pasan del calor al frío en una soplada de vientos polvorosos. Me dejo seducir por el tacto de la comodidad que ofrece la noche y las altas horas del ocio y la relativa soledad para ensimismarme dentro de una burbuja creada a partir de especulaciones filosóficas, en donde escucho egoísta la música con altos grados de decíbeles, esperando así, quizá, la temprana aparición de la sordera. Sin embargo, estas ciertas negligencias de la juventud me quitan cualquier asomo de preocupación para tan sólo concentrarme en melodiosas imágenes que seducen e incitan a perderse entre la oscuridad. Estos cantos de hombre-pescado que cantan las más dulces pasiones en bellísimos bajos y falsettos; el placer de escuchar el perfecto y vibrante susurro de una voz que confiesa ser sólo un hombre más necesitado de amor, como cualquier otro personaje de esta eterna comedia humana. Tan gloriosos sueños que me esperan al otro lado del aquí y el ahora.

"How Soon Is Now", The Smiths, Hatful Of Hollow

jueves, 23 de agosto de 2012

Carta a Sextilis

Agosto, querido mío, agonizas ya; si te veo con cada día que decides apagar la luz más temprano y prenderla más tarde, razón por la cual digo "gracias". Eso de tener la luz prendida tanto tiempo, pues está bien, pero ya te pasaste con la emoción. Mientras te aflojeras y comienzas con tu vale-madrismo porque ya te pisan los talones los entierros del verano, haces que caiga en cuenta de que no te he aprovechado y he puesto mis neuronas a invernar antes de tiempo. He descuidado cosas. He dejado de asear allá arriba y se me juntaron las telarañas, y de polvo, ¿para qué te cuento? Con todo y que soy alérgica al odioso polvo, jamás enamorado, ahí permanece estancado, sin ventilación por donde pueda volver a salir y ahora siento tristeza de ello. Me gana el bloqueo, el tráfico mental y tanto ruido en el mundo que a veces no me deja escuchar mi pensar. Y ahora que regreso al estudio, resulta que me ha faltado aceite en los engranajes también y sufrí un leve caso de brutus-lapsus y viceversa. Suerte que nunca he confiado en mi memoria y la buena agilidad de mi intelecto, por lo que nunca de los jamases he tirado un cuaderno (así es, querido universo, yo no me ando con tablets, yo le hago a la vintage, pluma y cuaderno), es sólo cuestión de que ahora desempolve aquello del cuarto que permanece bodega desde hace tres años, otro lugar más que debo desempolvar, por bien de la humanidad que vive en esta humilde casa de desesperantes muros blancos. Así pues, he perdido tus días de juventud y ahora seniles con tantos libros comenzados, palabras entredichas, páginas semi-escritas y sueños inacabados; se acabó. Nunca más. Y es que, seamos honestos, el calor jamás inspiró más que sudor a esta pobre somnolienta cabeza. Por ello, y en tu honor, terminaré mis qué-haceres erudísticos en prontedad para dejar de escribir estupideces y palabras inexistentes. A tu salud.

viernes, 10 de agosto de 2012

"Heaven"

"Heaven", primer sencillo del álbum que carga el mismo nombre. Bellísima canción, pegajosa, adictiva y siempre tan melódica en la tradición de la banda neoyorquina. 



Our children will always hear 
romantic tales of distant years
Our gilded age may come and go
our crooked dreams will always glow
Stick with me, you're my best friend
all of my life, you've always been
Remember, remember
all we fight for
Remember, remember
all we fight for

jueves, 9 de agosto de 2012

Heaven por The Walkmen

No es romanticismo, ni sentimentalismo, pero hay algo de esto que pega justo en casa, cuando Leithauser canta entre austeros rasgueos de una guitarra acústica: Oh golden dreams, golden dreams, all lose their glow. I don't need perfection, I love the whole. Esta oda hacia la imperfección, este estandarte, esta -y disculpen la pobre elección para adjetivar- porra, abre un bellísimo y nostálgico disco. "We Can't Be Beat", entre susurros que se salen de los convencionalismos a los cuales hemos sido acostumbrados a lo largo de seis discos, levanta el espíritu e invita a proseguir con lo que, yo llamaría, un álbum fotográfico traducido a poco más de 40 minutos de puro placer musical.

¿Me emociono con las adulaciones? Disculpen, pero no es para menos cuando se trata de la banda que me ha acompañado desde hace casi una década. Esta es mí banda, y no lo digo en un tono egocentrista, sino en el sentido del cual, cuando alguna canción se llega a escuchar, alguien dice: "es que es tan tú". The Walkmen es tan yo, y yo los he escuchado desde el mero inicio. Heaven es punto culmen de la evolución de una banda que difícilmente ha tocado punto malo. Este paraíso al cual alude el título, está lleno de imperfecciones, paradojas, momentos agridulces, cariño, nostalgia, discordia, una constante dicotomía amor/odio, odio/amor. "Love Is Luck" hace frente al falso encanto del amor en ese paraíso desprovisto de perfección, ante una melodía bastante amena y feliz que confunde y engaña, en donde se declara, que no hay destino, solo buena suerte. Por otro lado el contrapunto "Heartbraker" con más dinamismo que las canciones anteriores, no se aleja mucho del tema, en donde, si bien el amor es suerte, que mejor que haga uno su suerte al adaptarse a un estira y afloja en eso del compromiso. "Southern Heart" y "Line By Line" muestran el silencio que difícilmente se hubiese encontrado antes, cuando en la primera, al cantar con veneno en la boca "tell me again how you love all the men you were after", Leithauser es acompañado solamente por un sordo strumming de la guitarra acústica y en la segunda es Paul Maroon quien toma el protagonismo en ese sonido tan walkmeneano tan sólo para cederle un papel secundario a Leithauser.

"Song For Leigh" marca un desprendimiento y toca una nota particularmente dulce al dedicarle Leithauser un espacio a su hija en el álbum con esta canción, misma que funciona simbólicamente hacia el resto de la familia Walkmen, rompiendo con el mito de que los 'rockstars' viven en el desmadre sin compromiso, ni responsabilidad. "Nightingales" es un retorno al pasado, quizá evocando un poco a Bows + Arrows, mientras que "Jerry Jr.'s Tune" es un constante hum de voces nocturnas acompañadas de una guitarra bluesera. Matt Barrick da comienzo a la parte climática del disco con "Heaven" y ese tu-pa-tutu-pa que los tendrá soñando ante esa fluidez rítmica siempre tan sugestiva en la canción medular del disco, un especie de manifiesto que funciona a manera de legado o patrimonio hacia todos aquellos que los hemos escuchado a través de los años. Reservado para el final de la velada, la guitarra de Maroon nos llena la cabeza ante sus hipnóticos riffs en "No One Ever Sleeps", justamente para dejarnos despiertos ante la imaginería de chivos, caras sonrientes y niños corriendo.

Heaven se aleja totalmente del caótico mundo que The Walkmen construyó alrededor de sí en Everyone Who Pretended To Like Me Is Gone y se acerca más a la fusión del balance perfecto entre la energía que despide cada uno de ellos, la letra y siempre la brutal honestidad del sonido tan característico, que ha logrado mantenerse fresco aun después de 10 años. Heaven es la búsqueda y el encuentro del paraíso jamás perdido, el paraíso imperfecto y enteramente humano.

martes, 31 de julio de 2012

Sobre gatos y mujeres depresivas

Ciertas tardes -como ésta, precisamente-, llenas de lágrimas, de dolor, de soledad, de depresión, las pasaba sentada en su apolillado sillón, sosteniendo una cuchara plateada en una mano, un litro de leche a punto de expirar en la otra y con las rodillas sosteniendo algún bote de betún de chocolate que hubo sobrado tras haber horneado pasteles para algún cumpleaños de Fulana, Sutana o Perengana. Cucharada tras cucharada, a la boca entraba una fina mezcla de saladas lágrimas, chocolate y leche. Y con cada probada de aquel pastiche, sentía su corazón latir cada vez más lento, pausado y relajado. Muy pronto la crisis pasaría y debería encontrar nuevas escusas, o mejor dicho, justificaciones para explicarse el por qué había terminado nuevamente como garrapata sobre el sillón, con los ojos hinchados de tanto llorar y la blusa embarrada de lágrimas y chocolate. Nadie sabía de estos momentos de histeria reprimida, las explosiones de melancolía, nadie salvo el pobre gato de mala suerte sufría. Ah, suspiraba sintiendo la mezcla de betún y leche bajando por la garganta, si los gatos hablaran, dijo; su gato tan sólo pensó en lo gorda que terminaría de seguir esta rutinaria dieta de leche, lágrimas y chocolate.

Ana Pau.
Mini-ficción #1, Julio 2012
9:07pm

martes, 24 de julio de 2012

Sabiduría Jarmuscheana

"Nothing is original. Steal from anywhere that resonates with inspiration or fuels your imagination. Devour old films, new films, music, books, painting, photographs, poems, dreams, random conversations, architecture, bridges, street signs, trees, clouds, bodies of water, light and shadows. Select only things to steal from that speak directly to your soul. If you do this, your work (and theft) will be authentic. Authenticity is invaluable; originality is non-existent. And don't bother concealing your thievery -celebrate it if you feel like it. In any case always remember what Jean-Luc Godard said: 'It's not where you take things from, it's where you take them to.'"

-Jim Jarmusch.

Yo no sé ustedes, pero yo siempre le hago caso a mis maestros; en este caso, dos maestros: Jarmusch y Godard.

lunes, 23 de julio de 2012

"Poema de lunes"

Lunes era y dolía,
como nube dolía, como puerta.
Era lunes y había
una ternura muerta.
Pasaban por las calles los viandantes,
como de sentimientos traficantes.
Iba arriba la luna, muy arriba,
muy en su desnudez Lady Godiva.
Era lunes -acaso medio martes
pero lunes aún -en todas partes.
Lunes fue y no dolía:
fantasía.
Era un lunes feroz pero discreto,
lunes de un amoroso Capuleto.
Era un lunes sin marca, sin esgrima.
Era un lunes cabal, lunes-lastima.
Iba mi voz en do, doliente rota
bajo la luna lunes, todavía.
Era lunes. Dolía.

Ricardo Yáñez

domingo, 15 de julio de 2012

"...de la disputa que los griegos y los romanos tuvieron entre sí"

Ayer mientras limpiaba y apilaba libros, me reencontré con el Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita; este libro fue uno de los obligados durante mi primer semestre en Literatura y lo odié; aunque muchos me contradigan y opinen lo contrario, yo lo odié, salvo por un pequeño pasaje que a continuación les comparto, muy de acorde a nuestros tiempos en los cuales cada quien interpreta y asimila lo que quiere y como quiere.

Ocurrió que los romanos no tenían leyes
y las fueron a pedir a los griegos que sí las tenían;
los griegos respondieron que no las merecían
ni las podrían entender, ya que sabían tan poco;
pero que, si querían servirse de ellas,
antes debían debatir con sus sabios
para ver si las entenderían y merecían lograrlas:
daban esta respuesta aparente para excusarse.
Los romanos respondieron que lo aceptaban completamente;
firmaron un convenio para el debate;
mas, como no iban a entender el lenguaje forastero,
debatirían por signos y señas de letrado.
Fijaron entre todos la fecha para contender;
los romanos estaban preocupados, no sabiendo cómo arreglarse
porque ni eran letrados ni sabrían entender
a los doctores griegos y su mucho saber.
Estando en esta preocupación, dijo un ciudadano
que tomasen un villano, un bellaco romano,
y que él hiciese con las manos las señales
según Dios le guiase; y fue un buen consejo.
Fuéronse a un gran bellaco muy astuto
y le dijeron: "Nosotros tenemos con los griegos un asunto
a debatir por señas; pide lo que quieras
y te lo daremos, pero líbranos de esta lid".
Lo vistieron de riquísimos paños de gran valía
como si fuese doctor en filosofía;
subió a un sitial y dijo bravuconamente:
"Y ahora vengan a mí los griegos con toda su porfía".
En esto llegó un griego, doctor muy esmerado,
escogido entre los griegos y por todos alabado;
subió a otro sitial, en presencia de todo el pueblo,
empezaron con sus signos, como habían tratado.
Se levantó el griego, sosegado, reposado,
mostró sólo el dedo que está cerca del pulgar,
luego se sentó en el mismo sitio;
se levantó el bellaco, matón, irascible.
y enseñó tres dedos extendidos hacia el griego,
el pulgar y otros dos contiguos a aquél
a manera de arpón, los otros dos encogidos,
sentóse el necio, mirando sus vestidos;
se levantó el griego y extendió su palma,
se volvió a sentar con su sana memoria;
se levantó el bellaco, con fantasía vana,
y enseñó el puño cerrado con ganas de pelea.
El sabio griego dijo a todos los de Grecia
"Los romanos merecen las leyes y no se las niego".
Todos se levantaron sosegados y en paz.
Roma tuvo gran honra por un vil andariego.
Preguntaron al griego que había dicho
por signos al romano, y qué había respondido él.
"Yo le dije que hay un Dios; el romano
que es uno en tres personas, e hizo señal de ello;
yo dije que todo estaba en su voluntad,
y respondió que tiene el mundo en su poder, y es verdad.
En cuanto vi que entendían y creían en la Trinidad
comprendí que merecían la seguridad de las leyes."
Preguntaron al bellaco cuál había sido su interpretación:
"Me dijo que con su dedo me rompería un ojo,
esto me preocupó y me indignó mucho;
le respondí con saña, ira y pesar
que yo le rompería, ante toda la gente,
con dos dedos los ojos y con el pulgar los dientes;
después de esto me dijo que andara con cuidado
que me daría una palmada que haría resonar mis oídos;
yo le respondí que le daría un puñetazo tal
que ni en toda su vida lo vería vengado.
En cuanto vio que la pelea se le presentaba mal
dejó de amenazar a quien no le teme en nada."
Por esto el refrán de la vieja astuta dice:
"No hay mala palabra, si no es por tal tomada"

lunes, 2 de julio de 2012

El regreso del fascismo democrático

Uniéndome con los miles y miles y miles y miles y miles y miles y miles y miles y miles y miles y miles y miles de inconformes en este país, hago notar que definitivamente NO VOTÉ por Enrique Peña Nieto. Y confieso sentir vergüenza por la persona que desde este momento "representará" a la ciudadanía mexicana. A mí no me representa, y puedo declarar con orgullo que tampoco representa a mi familia, a mis amigos y a mis conocidos. Después de pasar toda una noche con la emoción y la preocupación mezclada con un poco de bilis por igual, es hora de hacer algo, comenzando por enseñarle a mi hijo a no seguir a la corriente, a no tenerle miedo al de arriba, a siempre seguir sus convicciones y lo que es correcto, pero sobre todo, a nunca pararse sobre el débil, sobre el más pequeño para obtener sus metas. Leo en las redes sociales todo el descontento y la inconformidad, y sólo un par de pobres almas que celebran el regreso del PRI al poder, y no lo entiendo; no entiendo cómo se puede olvidar Tlatelolco, cómo se puede olvidar a Colosio, a Salinas, Atenco; cómo se puede olvidar los insultos que propició la familia Peña Nieto, tildándonos de "prole", de "indios". Espero que las cosas no se queden así, espero que aprendamos a gritar por más que nos quieran callar, por más que amenacen, por más que repriman, por más que persigan; espero que no entremos en un estado de conformismo como nuestros predecesores; espero que aprendamos que la ignorancia es lo que mantiene a los de arriba con poder y la única manera de erradicarla es nosotros tomar en nuestras manos la educación de nuestros hijos y entre nosotros mismo aprender a informarnos. En verdad creo que el camino al cambio está en la educación, en la cultura y en la perseverancia. Pero bueno, ya comienzo a hablar como político... Es solamente mi manera de ver las cosas. Mientras tanto, regresaré a mis libros, a leer lo que tantos nos contaron a través de sus historias sobre la Revolución fallida, sobre los estados fascistas que se visten con máscaras de democracia; regresaré a leer sobre lo que muchos nos advirtieron. Regresaré a buscar las maneras en las que puedo contribuir a no ser un mediocre conformista más.

¡Buenos días, México!

sábado, 30 de junio de 2012

Un poco de ti, un poco de mí, un poco de Tom


Tom Waits (god)
Bad As Me 
"Kiss Me"

Un poco de esto. Un poco de aquello. Un poco de mood. Un poco de ti. Un poco de mí. Y mira qué deliciosa noche. Una noche sin preocupaciones. Una noche de risas, antes de que el país entero estalle en llamas. Jamás habrá mejor momento que ahorita. 

Feliz sábado a todos.
Y a mis compatriotas, felices madrugadas electorales, dentro de poco.

viernes, 29 de junio de 2012

Cerveza, Miles Davis y la lluvia que no cae

Bebo cerveza. Tengo calor. Y porque tengo calor, bebo cerveza. La acabo de sacar del congelador. La he sacado justo en ese punto en el que la botella comienza a escarcharse. Está tan fría, tan deliciosa, tan sabrosa, y suda, moja mis dedos, mi mano cuando la agarro para darle un sorbo, ha humedecido los posavasos, suda como yo. No quiero que se acabe. Al menos que dure el The Complete Birth Of The Cool de Miles Davis... Momentos como este me hacen desear, más que de costumbre, tener un jardín. Aquí adentro de la casa, entre tantos muros blancos -el blanco me deprime, odio el blanco-, entre el calor acumulado durante el día que encierran estos tediosos muros blancos, entro en un choque de ambiente con la música y lo que saboreo lentamente en mi boca. Sigo el compás de la pila con un cigarro que sostengo en la mano, cuando no escribo, obviamente; me doy el lujo de escuchar a todo volumen con los audífonos puestos. Quizá me salga a mi plancha de cemento a ver cómo no llueve para poder fumarme este cigarro que me pide a gritos que también lo saboree. Pero esta cerveza se me termina y ahora el sudor de la botella se han convertido en lágrimas, pues se acaba. Se acaba y mejor escucho Kind Of Blue y "All Blues" me lleva a una ciudad muy lejos de aquí en donde sí llueve; llueve y la gente sale a las calles, llena los bares, los restaurantes, los cafés, y ahí dentro de ellos, todos fuman, y beben, y ríen, y escuchan a Miles Davis también. Ah, quien se queje de los momentos de ocio y los ociosos... mejor que beban, que fumen, que rían y que escuchen a Miles Davis para ser feliz.



miércoles, 27 de junio de 2012

Prometheus y el pastiche de cosmovisiones y filosofías Nietszcheanas

"No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron. Luego la tierra fue creada por ellos." -Popol-Vuh

Realmente no sé cómo comenzar, ni cómo seguir, ni cómo terminar.

Hace una semana mi esposo y yo nos metimos a una gloriosa sala de cine vacía, pues a medio día en un lunes, con el termómetro marcando casi los 40°, nadie va al cine; así que entre esa oscuridad y el discreto reflejo de la pantalla que golpeaba las butacas solitarias, nos acomodamos como cinéfilos y geeks, listos para comenzar el debate y los comentarios -porque sí, tendemos a compartir opiniones mientras corre la película, sobre la película o teorías que puedan aplicarse, filosofías, formas de pensamiento o cosas que ya hayamos visto antes, siempre sobre el tema, será por eso que muchas veces nadie nos acompaña a ver películas. Fuera de Star Wars, la ciencia ficción me importaba un pepino, hasta conocer a mi esposo, quien me introdujo al utópico mundo inexistente-pero curiosamente real que Ridley Scott creó con Blade Runner y Alien. Más que meras historias fantásticas de robots, replicantes, extraterrestres y una Tierra ya en decadencia, Scott plantea las famosas preguntas a las cuales el hombre, desde la antigüedad, busca respuesta: ¿quiénes somos?, ¿a qué venimos?, ¿cuál es nuestro propósito?. Son las preguntas que han forjado pensadores y filósofos e intelectuales, soldados, dictadores, y son las preguntas que han dirigido a la humanidad desde su creación. Tan importantes son, que las reflexiones existenciales de estas son cuestionadas por androides y no por humanos, según las películas de Scott: Roy Batty, en la búsqueda del por qué de su creación y el desear más tiempo de vida para poder experimentar la vida misma, es capaz de sacrificarse a sí mismo en la búsqueda de su creador, a quien eventualmente termina por asesinar. son estas preguntas las que nuevamente plantea Ridley en Prometheus, su tan esperado retorno a la ciencia ficción.

Así como Prometeo le robó el fuego a los dioses para entregárselo a la humanidad, la nave Prometeo es el medio a través del cual la tripulación, encabezada por los arqueólogos Shaw (Noomi Rapace) y Holloway (Logan Marshall-Green), va en busca de los orígenes del ser humano, para encontrar las respuestas que desde siempre se han preguntado y llevarlas de regreso a la Tierra. Pero, así como el mito cuenta que Prometeo fue castigado por su osadía, la nave y sus tripulantes encuentran el mismo fin, cuando después de descubrir a sus creadores y descubrir sus planes de destruir a la humanidad, deben inmolarse para evitar la destrucción de la Tierra. Planteada bajo esa sola premisa, para muchos la película es solamente una historia más de acción/ciencia ficción sobre extraterrestres cuyo único fin es la destrucción. Otros esperan realmente una secuela, como tal, de Alien, lo cual lo es, aunque sólo tangencialmente. Es cierto que toma ciertos aspectos de la película de los 70's (desechando a todas sus horrendas secuelas) y lo que toma es a manera de excusa para poder cimentar la historia de Prometheus.

Hay varias interpretaciones posibles a la historia, a los personajes y sus motivos; Shaw y Holloway, por ejemplo, tienen un poco de formación Nietzscheana, cuando se parangona con el hombre frenético que va en busca de Dios y se topa con un grupo de ateos que se burlan de él. De igual manera, ellos reciben las burlas y el escepticismo de la tripulación al revelarse que su misión es encontrar a los creadores de la raza humana, a los Engineers. Este mismo nombre hace referencia a dos cosas, al ser supremo creador del todo y a la maquinación del ser humano, quien después será quien diseñe y maquine seres nuevos, aunque desprovistos de alma y conciencia, como el androide David (Michael Fassbender). Los seres/deidades que son personificados por los Ingenieros, parecen ser síntesis de aquellas presentadas en la mitología grecolatina y la prehispánica, quienes crean y destruyen y a partir de la destrucción vuelven a crear, un especie de trial & error. Para ejemplo de ello basta con leer a Ovidio o Hesíodo, o el Popol-Vuh, o incluso en la Biblia, cuando en ciertos pasajes, Yahveh destruye para poder reformar al ser humano; de la misma manera, en el principio de la película, uno de los Ingenieros se ofrece para la destrucción de sí mismo y así crear vida. Y esta misma teoría seguirá participando entre los personajes y confirmado por David: para crear hay que destruir.

A pesar de los elementos que toma de Alien, veo más similitud con Blade Runner, en el sentido de los personajes y sus motivaciones, sobre todo en aquellos de Shaw, Weyland y David, quienes van en busca de su craeador, cada uno por razones diferentes y parecidas a la vez. A pesar de su poca participación en la historia, Weyland (Guy Pierce), es el arquetipo del hombre que lo tiene todo, pero no tiene nada; un hombre que tiene que crear a un hijo, David, tras la decepción de haber tenido una hija, Vickers, quien ya al final de su vida, con increíble poder y recursos económicos para ir hasta los confines del espacio en busca de más tiempo de vida. Weyland, parece ser motivado por las mismas razones que el replicante Roy Batty en Blade Runner, quien va en busca de Tyrell para pedirle que lo arregle y le aumente su tiempo de vida, el cual está ya por concluirse. Weyland, ayudado por David, se presenta frente al Ingeniero para pedirle más tiempo, aunque, a diferencia de Batty, su muerte no es acompañada por humildad y apreciación por lo vivido. David, quien a pesar de saber que es un androide, se comporta como humano al mostrar curiosidad y cierta afinidad por las cosas y especialmente, por Shaw, y tanto Shaw como David, buscan respuestas que, bajo diversos medios, terminarán en un mismo punto: la muerte de Dios o de su creador. David por un lado, le confiesa a Vickers (Charlize Theron) que todo hijo busca la muerte de su padre, y Shaw por otro lado, tras ver que su "Padre Creador" no es el padre compasivo, de ciencia que ella creía, sino mensajero de la muerte, termina por matarlo a él. El deicidio y, de cierta manera, la venganza de Prometeo. Este final se presenta a maneras de puntos suspensivos que preparan el camino para una posible secuela de Prometheus, en donde seguramente adentraremos en lo que sucedió con Shaw y David tras ir en busca del hogar de los Ingenieros, nuevamente en busca de respuestas a sus preguntas.

Dejando fuera lo teológico y filosófico del meollo, la película es un verdadero festín, pues si hay algo que Ridley Scott sabe hacer, presentar y exponer mundos ficcionales de manera verosímil. Tanto los personajes como sus entornos son reales desde el momento en que aparecen en pantalla, gracias a la atención al detalle. Los escenarios son grandiosos, fantásticos y aterradores por igual; los personajes son fascinantes y cada uno logra mantener su parte, sin sacrificar sus motivos ante el desarrollo de la trama. Las personificaciones de Shaw y David son, a mi parecer, quienes roban escena en cada momento, con Fassbender dotando de un encanto cómico y cínico a David, y Shaw quien se consolida como la heroína de nuestros días, y que en lo personal, se ganó mi corazón después de ver esa escena horrorífica, medio gore, en la cual se extirpa al feto alienígena que vive en ella -escena que pretende hacer tributo a aquella famosa chestbuster-scene de Alien. Pero por "X" o "Y", el tiempo y la historia ya dirán si esta película compartirá los laureles de la gloria junto con sus dos anteriores entradas de ciencia ficción; entregas que, junto con Lucas y Kubrick, han cambiado por siempre la manera en la cual este género se ha percibido dentro de la historia del cine.

jueves, 21 de junio de 2012

Sueño haikús (Ejercicio -onírico- #5)

Comienza el peregrinaje
Ese pelo de ángel que corre por tus piernas
Esas canas por encima de tus venas

"Sintítulo", Paula (yo)

(Soñé este quasi-haikú)

martes, 19 de junio de 2012

2 + 2 = ...........

La realidad existe en la mente humana y en ninguna otra parte. No está en la mente individual, falible y perecedera, sólo está en la mente del Partido, que es colectiva e inmortal. Lo que el Partido declara como verdad es la verdad. Es imposible ver la realidad excepto a través de los ojos del Partido. Esa es la enseñanza que tienes que volver a aprender, Winston. Requiere de un acto de autodestrucción y un esfuerzo de voluntad. Debes humillarte antes de recobrar la razón. 
     O'Brien se detuvo como para permitir que Winston asimilara sus palabras.
    -¿Recuerdas -continuó- haber escrito estas palabras en tu diario: "la libertad consiste en poder afirmar que dos y dos son cuatro"?
     -Sí -contestó Winston. 
     O'Brien levantó su mano izquierda, con el dorso hacia Winston, el pulgar oculto en la palma, y cuatro dedos extendidos.
     -¿Cuántos dedos ves, Winston?
     -Cuatro.
     -¿Y si el Partido dijera que son cinco y no cuatro? ¿Cuántos verías?
     -Cuatro.
     La palabra terminó con un jadeo de dolor. La aguja de la carátula marcaba cincuenta y cinco. El sudor brotaba de todo el cuerpo de Winston. El aire desgarraba sus pulmones y lo exhalaba con intensos quejidos que ni siquiera apretando los dientes podía reprimir. O'Brien lo miraba, mientras le mostraba los dedos extendidos. Jaló la palanca del aparato y apenas si disminuyó el dolor.
   [...]
     -¿Cuántos dedos, Winston?
     -¡Cinco, cinco, cinco!
     -No, Winston, así no sirve. Estás mintiendo. Todavía piensas que son cuatro. ¿Cuántos dedos, por favor?
     -¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Cuatro! Los que quieras. Pero basta, ¡basta de hacerme sufrir! 
     [...]
     -Te cuesta trabajo aprender, Winston -dijo O'Brien con amabilidad.
     -¿Cómo puedo evitarlo? -lloriqueó Winston-. ¿Cómo puedo negar lo que está enfrente de mis ojos? Dos y dos son cuatro.
     -No siempre, Winston. A veces, son cinco. A veces, son tres. En otras ocasiones, son tres y cinco a la vez. Tienes que hacer un esfuerzo. No es fácil recobrar la cordura.

lunes, 18 de junio de 2012

Fiona Apple y un muy desabrido café


Su primer sencillo "Every Single Night" abre en un arrebato de ira en mute un soberbio álbum (The Idler Wheel Is Wiser Than The Driver of The Screw and The Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do), cuya reseña estoy por pegar aquí. Quizá durante el insomnio de esta noche. Mientras tanto, me trago su cruda honestidad, mientras confiesa los demonios que guarda para sí en esta verdaderamente austera canción, junto con una taza de un bastante desagradable café. Por todo lo demás, salud.

No puedo dormir.

No puedo dormir................... 

martes, 12 de junio de 2012

............ ¿y esto?

Odio 
       
        el sonido de mi voz 

                                         cuando leo lo que escribo. La voz 

        de mis escritos no me resulta 

        nada placentera. 

¿Será esto causa 
                            
        suficiente 

                         para 

                                  prestarle una visita 

                                                                    al pisicólogo?

viernes, 25 de mayo de 2012

Patrick Watson aventurándose en mi patio



Es una tarde cualquiera de mayo, un día nada fuera de lo común. Allá afuera hace calor, pero aquí sentada frente a las rejillas de la ventilación, tengo frío y me saboreo un café que ya desaparece. Mientras tanto, escucho a Patrick Watson y su Adventures In Your Own Backyard.  Debo confesar, que su música es ya de esa clase de música que al escucharla siento que fue hecha especialmente para mí –dejadme a mis fantasías de chavita-. Por ahí del 2006, en algún momento nada especial, me topé con The Cinematic Orchestra y Ma Fleur, en donde “To Build a Home” me introdujo a Watson y su voz cargada de emoción, profundidad y romanticismo. Tras haber sido embrujada con ese disco, en el cual Patrick fue uno de los co-escribió las canciones, mi interés y curiosidad me llevó a Close To Paradise. “The Great Escape”, cual embrujo de melancolía recetada para un corazón solitario, me convenció que este hombre y su música debían ser mi pan de todos los días; mi spoon-full-of-sugar-that-makes-the-medicine-go-down, mi playa en el desierto, mi escape de la realidad, etc., etc., etc. En un tiempo en que bandas como Coldplay o Keane cimentaron y cansaron con su Pop-Rock al son del piano, artistas menos conocidos emergieron cargando banderas que exaltaban el individualismo y el amor hacia la creación de tan melodiosa música, logrando conectar espíritus a través de su poética, si me permiten el sentimentalismo. Así es que, Close To Paradise me mostró ese paraíso que no escuché por ningún otro medio. El piano y la voz de Watson, permiten que, al escuchar canciones como “Slip Into Your Skin”, podamos visualizar la majestuosidad del infinito. Esta infinita visualización del horizonte fue ampliada con Wooden Arms, un álbum que encontrarán por aquí, disque reseñado, en el blog, por lo que me saltaré este paso.

Adventures In Your Own Backyard… qué les puedo decir, sólo que el título va determinando la sensación a la cual remite canción tras canción, iniciando con “Lighthouse” y una simple secuencia de piano que a mis limitados conocimientos de música clásica me da ecos de Chopin en su más austero ser; esta primera melodía es engañosa, pues ahí nos tiene saboreando del ambiente clasicista cuando, sin previo aviso,
el viejo oeste se deja ver; aquel de los spaghetti-westerns de Sergio Leone, de Eastwood, y próximamente de Tarantino, cabalgando al son de las trompetas y las voces de un coro que le cantan al héroe, o anti-héroe en su caso. “Step Out For a While” sobresale gracias al tierno pero imponente vals de una guitarra acústica, unos riffs de guitarra  eléctrica y la batería complementando, o mejor dicho, realzando los falsettos de Watson en un crescendo imposible de ignorar, el cual, nota a nota nos vende su filosofía de vida: take a little brake from thinking all the time. Por otro lado, “Quiet Crowd” tiene una especie de reminiscencia vaga de Electric Light Orchestra canalizando a los Beatles; “Mr. Blue Sky” es quizá la canción que pueda tomar como rápida referencia, en donde, mientras la orquesta eléctrica canta: Mr. Blue Sky, please tell us why you had to hide away for so long, Watson confiesa: Mr. Quiet who’s got so much to say, so much more tan I […] if I could tie up a string to your mouth and make you scream all of the things that you keep to yourself. I’d love to get to know you better, al sonido de cellos que bien pudieron haber salido de “Strawberry Fields Forever”. Y ya que estamos con eso de las referencias e influencias, tintes de los Beatles se asoman nuevamente, esta vez sin necesidad de un mediador, en “Into Giants”, tras ese pequeño interludio vocal, en donde el sonido de trompetas a la distancia evoca la etérea imagen de “Penny Lane”.

“The Things You Do” es el primer corte completamente instrumental del disco, una tendencia que encontrarán en cualquiera de los discos de Watson. Los sutiles sonidos incorpóreos del piano y el cello dibujan un bellísimo panorama de bruma y paisajes a blanco y negro. Si una imagen dice más que mil palabras, ¿cuánto más no dirá una armonía? Tras la intermisión instrumental, “Noisy Sunday” contradice y satisface con la suave música que en silencio predica: it’s quiet again, too much for noise to go on, fill up the space, to fill up the rooms on a Sunday afternoon. Con ciertos elementos e  instrumentos repetitivos, Watson y su banda dotan al álbum de un dinámico, mas no apresurado, ritmo y cadencia, donde cada canción se toma su tiempo con quien lo escucha, razón por la cual “Adventures In Your Own Backyard”, siendo ya la penúltima pista del álbum y siendo la canción titular, nos hace sentir el territorio familiar, cálido y reconfortante de algún lugar conocido. Finalmente, “Swimming Pools” nos despide nuevamente escindiendo de letra y voz; tan sólo las notas de un piano en reverbo y un sencillo círculo de una guitarra que parece alejarse extrañado de uno en completa melancolía. A pesar de su aparente pasividad, y noten aquí la palabra aparente, Adventures In Your Own Backyard es un disco lleno de momentos y espacios que crecen en uno, con melodías que, a la buena tradición del folk, cuentan historias de un hombre, de varios, o de uno mismo.