lunes, 30 de enero de 2012

En una libreta, en varias...

Tengo una necesidad, casi enfermiza, de escribir todo el tiempo a puño y letra. No hay nada que se le compare al placer de tomar una pluma entre los dedos y abrir un cuaderno, ver la hoja en blanco y deslizarse a través de ella. Mancharla, ultrajarla en un completo arranque de violencia e inspiración; no hay mejor confidente que un inmaculado pedazo de papel. Pero a veces, y sólo a veces, sucede que quiero decir tantas cosas que todo queda atorado en algún punto del camino entre el cerebro y la pluma; cuando esto sucede, tiendo a escribir lo que sea y lo que pueda: listas, frases, extractos, versos, diálogos, monólogos, lo que sea y se me ocurra, o tenga a la mano en ese momento. Cuando mis palabras no salen, tomo prestadas las de otro creador, otro pensador; otra persona que sintió ese violento arranque de desvirginar un pedazo de papel. De esta manera, he llenado cuadernos, cuadernos y más cuadernos; cuadernos que aun poseo y no me atrevo tirar. Sé que algún día todas esas voces anotadas entre las páginas terminarán por hablarme e iluminarme. Entre uno de esos tantos cuadernos que por aquí y por allá guardo, encontré una cita que me confirmó el por qué las palabras guardan tanto poder y  por qué terminan de contagiarme y convencerme de que necesito tanto de ellas como ellas de mí. No recuerdo, y estúpidamente no escribí de qué libro tomé prestado esto, pero doy gracias a Slavoj Zizek por haberlas escrito: 
Imaginemos que sufro un impulso pasional, me he enamorado de otro ser humano, y declaro mi amor, mi pasión por él o ella. Siempre hay en esto algo perturbador, violento. Puede parecer una broma, pero no hay nada de ello: no se puede emprender un juego de seducción erótica de modo políticamente correcto. Hay un momento de violencia, cuando se dice: "te quiero, te amo".

viernes, 27 de enero de 2012

Coldplay-ing en la mañana

Es de madrugada y una araña me ha quitado la tranquilidad y el sueño. Prendo la computadora y vuelvo a escuchar Mylo Xyloto de Coldplay; no puedo evitar, por más que lucho contra mí misma, torcer la boca en disgusto y levantar la ceja en profunda incredulidad. Dicen que "no hay quinto malo", pero he aquí que pongo a prueba dicha frase. Decepción, amarga decepción; he sido fan de Coldplay desde que escuché el sonido que la guitarra de Buckland hacía en 'Don't Panic'. Era un embrujo, y aun lo es; un sonido que, si pudiese trasladarlo a alguna cosa, asemejaría la manera en que se deshila una tela sin romperse jamás, con esos delays y reverbos... ahhh, es un orgasmo para mi oído. Eso fue de por ahí cuando era una chamaca de 15 o 16 años que no sabía mucho de nada, quedé embriagada por sonidos que no me eran familiares. El sonido de la guitarra, la voz de Martin, tan aguda y peculiar para un hombre, en fin, Parachutes era, aunque no lo entendiera de esa manera, como un despertar fresco y diferente. Esa edad encajaba perfectamente con lo meloso (porque aceptemos que es un disco meloso) de las canciones; era la música que decía lo que un adolescente cualquiera sentía cuando veía a aquél o aquella que derretía con una sonrisa y provocaba la pérdida total de la cordura (sí, esa era yo... pero aplica a cualquiera). Si no, escuchemos a Martin cantando: ...your skin and bones turn into something beautiful. D'you know? You know I love you so... No fue coincidencia que esa canción pegara de la manera que lo hizo... y que hartara igualmente.  Sin embargo, Parachutes era más que sentimentalismos derramado como miel; era el eterno problema existencialista, el saber quien es uno, el no hallarse en el mundo, sentirse abrumado ante tanto, ante tantos y por tantos... Oh no, I see, I spun a web, it's tangled up with me, and I lost my head, the thought of all the stupid things I said. Regresar a él, después de más de diez años es todo un viaje y sí, supongo que hoy ya me suena a puro sentimentalismo, meloso, cursi... lo cual lo dota de un cierto atractivo  bastante peculiar.

Después del despertar adolescente, el descubrimiento, la ingenuidad, la exploración, la confusión, etc., etc.,  llega A Rush Of Blood To The Head, abriendo con el tour-de-force que es 'Politik', uniéndose al conjunto de canciones que hacían frente al mundo post 9/11, en donde muchos abrieron los ojos y cultivaron una consciencia, a la par de darse de frente con los ideales recién descubiertos: Give me one, cause one is best. In confusion, confidence. I give me piece of mind and trust, but don't forget the rest of us. No puedo negar que esta es de mis canciones favoritas, y según mi punto de vista, de las mejores de Coldplay.  El segundo álbum fue una sorpresa muy grata, una brillante y clara evolución del cuarteto; el sonido maduró y encontró un tono más complejo ante la letra que se le presentaba. El panorama se había abierto y la introspección se convirtió en en un individualismo colectivo, el hombre en medio de las masas. Este, creo yo, fue el último gran álbum de Coldplay. X & Y no fue una mala entrada dentro de su discografía, pero tampoco fue sorprendente. Canciones como 'Fix You', demuestran la fórmula-no-tan-secreta-pero-que-bien-funciona que tanto usa Coldplay, y que aquí entre nos, quizá ya la usaron hasta donde pudieron y debieron; 'Speed of Sound' y 'Talk' ya dan la pauta de dar el giro de esa faceta indie/rock/pop de autodescubrimiento hacia el mainstream consumista; pero no me malinterpreten, dentro de todo o fuera de todo, compré con enorme gusto su tercer álbum y lo escuché hasta el cansancio, cantando en mi más desentonado tono y volumen de voz posible esas notas tan altas que alcanza la prodigiosa voz de Martin (y doy gracias a los cielos de que ninguno de ustedes estuvieran cerca para escucharme).

Después del tercero llegó el cuarto, con noticias de que el mismísimo Brian Eno colaboraría con el cuarteto y muchos pegaron el brinco de alegría. Supongo que a mí me dio lo mismo. Viva La Vida or Death & All His Friends intenta nuevamente tocar el nervio socio-político, tanto en el arte de la portada como en ciertas canciones: When the future's architectured by a carnival of idiots on show, you better lie low, canta Martin en  'Violet Hill'. 'Viva La Vida' (¿gracias Frida por darles el nombre?) fue el hit, aunque no mucho después el mundo se enteró de su gran farsa. ¿Quién en este mundo no sabe de su plagio? Dicho lo cual, mejor continuo. En fin, prefiero canciones como 'Death and All His Friends'. Viva La Vida se convirtió en un disco muy ambicioso, orquestal, con canciones y sonidos que nos recordaba algo o alguien más. El piano de '42' tiene una muy clara reminiscencia a aquel de Lennon en 'Imagine' y 'Cementeries of London' me suena a The Smiths. Aun así, fue un disco que me gustó, a pesar de sus continuas odas a la muerte, a los muertos y el gran pastiche de referencias culturales a las cuales alude casi descaradamente; es un álbum altamente melódico y bien armado, creo que nadie puede negarlo.

Octubre 2011. Mylo Xyloto aparece y toda expectativa que llegó a crecer en mí, se vio derrumbada en un inmenso mar de lágrimas y decepción. Esa imagen de vómito neón que enmarca la portada del álbum, la misma que se ve en cada una de sus presentaciones, es el sonido que logran en el disco y me empalaga. Han recorrido un largo camino desde Parachutes y la inocencia se perdió durante alguna parada. Quisiera eviscerarlo, estrangularlo, deconstruirlo, pero se me hace muy difícil sentarme a escucharlo completo nuevamente, pues no hay una canción que me sirva de gancho y con la cual pueda empatizar. Sobresale 'Paradise', pero no por mérito propio, ya que escucho la canción hasta en la sopa. Voces de plagio se alzaron nuevamente con 'Every Tear Is a Waterfall', la cual toma prestada la música de 'Ritmo de la noche' y 'I Go To Rio'. Call me crazy, pero parece que se están quedando sin ideas. Es un álbum más centrado que Viva La Vida, no tan orquestal y tiende a ladearse un poco hacia los sonidos electrónicos de tendencias 80's, un trend que al parecer todo el mundo quiere utilizar, y canciones como 'Princess of China' remiten a esas canciones que uno escucha en el antro con un vaso de bacardi con coca en la mano. Mejor no digo más. Mejor me quedo con el Coldplay de mi adolescencia y con la música que era simpática de mis pensares y sentires, y espero, que en un futuro no muy lejano, nuevas obras pongan en un rincón muy oscuro los falsos ideales color neón con los cuales me quisieron atraer.

Y ahora, con su permiso, iré a escuchar Parachutes para recordar, pero antes les comparto una de mis canciones favoritas 'Everything's Not Lost'. El piano con Martin y la guitarra de Buckland, dúo perfecto, sumándole letras como: When I counted up my demons, saw that there was one for everyday, with the good ones on my shoulder, I drove the other ones away... simbiosis perfecta.


Everything's Not Lost by Coldplay on Grooveshark


jueves, 26 de enero de 2012

Un extracto del libro que leo en estos momentos

Uno puede empezar una historia por la mitad y luego avanzar y retroceder audazmente hasta embarullarlo todo. Puede también dárselas uno de moderno, borrar las épocas y las distancias y acabar proclamando, o haciendo proclamar, que se ha resuelto por fin a última hora el problema del tiempo y del espacio. Puede también sostenerse desde el principio que hoy en día es imposible escribir una novela, para luego, y como quien dice disimuladamente, salirse con un sólido mamotreto y quedar como el último de los novelistas posibles. Se me ha asegurado asimismo que resulta bueno y conveniente empezar aseverando: Hoy en día ya no se dan héroes de novela, porque ya no hay individualistas, porque la individualidad se ha perdido, porque el hombre es un solitario y todos los hombres son igualmente solitarios, sin derecho a la soledad individual, y forman una masa solitaria, sin hombres y sin héroes. Es posible que en todo eso haya algo de verdad. Pero en cuanto a mí, Oscar, y en cuanto a mi enfermero, Bruno, quiero hacerlo constar claramente: los dos somos héroes, héroes muy distintos sin duda, él detrás de la mirilla y yo delante; y cuando él abre la puerta, pese a toda la amistad y a toda la soledad, no por eso nos convertimos, ni él ni yo, en masa anónima y sin héroes.

Günter Grass, El tambor de hojalata (Punto de lectura, p.17)Lo he comenzado, por segunda vez, a leer... esta vez sí lo terminaré, ya verán; por lo pronto, las palabras que hasta el momento he leído, las he saboreado a placer. No por nada, Grass y su tambor son una de esas obras clásicas y canónicas de la literatura universal. 

martes, 24 de enero de 2012

4:50am

4:50am... escucho el tren pasar, escucho los ronquidos de un bebé y un hombre; escuchó el piloto de la calefacción y a mi vecino cerrar la puerta (puntual, como siempre). Escucho el sonido de las teclas mientras escribo lo que escribo y cómo me truenan los dedos de vez en cuando (mis articulaciones, ya tan vieja estoy al parecer). Escucho música en la raya más baja del volumen y de repente ya no escucho nada, pues me ha interrumpido la alarma del celular... al parecer diez minutos transcurrieron mientras escribía tonterías. El tren se sigue escuchando.

(Publicado a las 10:52... escrito verdaderamente a la hora que dije).

lunes, 16 de enero de 2012

De noche... André y Andrew (Bretón y Bird)

De todos los libros que tengo y que he leído, y no leído (sobre todo los que no he leído), siempre hay uno al que regreso constantemente, la Antología de André Bretón (1913-1966). Jamás lo he leído de pi a pa, es más bien una lectura a partir de la página que caiga. Esta noche, mientras escucho la divina música de Andrew Bird, lo he vuelto a abrir, y la combinación de Andrew y André es, si me lo permiten, bastante coqueta. Algo tienen el sonido del violín y el chiflido del primero con la voz del segundo... les recomiendo la combinación, es fantástica. Así pues, la página se ha abierto aquí, en "Los estados generales", fechada en octubre de 1943 en Nueva York. La entrada es bastante larga, así que sólo les compartiré un extracto y si les gusta, soy capaz de transcribir la entrada completa. No sé si en francés estos versos o estas frases guarden rima alguna, sin embargo se traduce el ritmo y la lluvia de imágenes que pretendía transmitir, si es que eso pretendía. Quisiera creer que sí... el surrealismo, a final de cuentas, era una lluvia de imágenes propuestas para provocar; ¿provocar qué cosa? Lo que fuese: polémica, asombro, sensaciones, sentimientos, ideas, opiniones... provocar, a final de cuentas, una reacción de un ser viviente y pensante. En fin... he aquí la voz de Bretón, y abajo, la de Bird (que a mí me han funcionado muy bien juntos).

...
Un arco de bruma se desliza tangencialmente a los
     bordes sur oeste y norte y se abre sobre dos abanicos
     de martín pescador ese arco envuelve las tres primeras
     cabezas y deja libre la cuarta guardada sobre campo de
     polen por una piel de condilura tendida por medio     
     de espinas de rosal
Por allí es por donde se entra
Se entra se sale
Se entra
     no se sale
          del sueño
Pero la luz regresa
El placer de fumar
La araña-hada de la ceniza de puntos azules y rojos
No está nunca contenta de sus casas de Mozart
La herida se cura todo se las ingenia para hacerse 
     reconocer hablo y bajo tu rostro gira el cono de sombra
     que desde el fondo de los mares ha llamado a las perlas
Los párpados los labios husmean el día
La arena se vacía
Uno de los pájaros al echar a volar
No se ha preocupado de olvidar la paja y el hilo
Apenas si a un enjambre le ha parecido bien patinar
La flecha parte
Una estrella nada más que una estrella perdida en el pelaje de la noche. 

-.-.-
'Effigy' (en vivo desde el Austin City Limits)


sábado, 7 de enero de 2012

jueves, 5 de enero de 2012

Lo mejor... The Antlers, Burst Apart



1. Burst Apart, The Antlers

Y es así como, con mucho retraso, llego a la primera posición con el retorno de esta banda neoyorquina, cuyo álbum fue de esos que creció con cada pasada que le daba en mi lista. Las primeras veces que lo escuchaba decía "pues está bien" y sin mayor interés lo terminaba y seguía con otra cosa; sin embargo, al paso de los días, las semanas y los meses, se aferró la música en mí, hasta que... voilá, ici nous. Creció en mí cual virus sin penicilina, convirtiéndose en uno de mis discos favoritos. Burst Apart es el cuarto álbum de la banda; es oscuro y profundo, una navaja de doble filo. Música vomitada desde las entrañas, sensible y directa: We wake up with pounding heads, bruised down below. I should've built better walls, or slept in my clothes. So if I see you again, desperate and stoned, keep your prison locked up, and I will leave my gun at home, canta Silberman en 'I Don't Want Love', canción que abre el disco y entona el ambiente en el cual nos enredará a lo largo de este. Es una sensación desgarradora y adictiva que nos convierte prácticamente en masoquistas. Piezas lentas de lírica brutal. Otras canciones, como 'Parenthesis' tienen este aire de remembranza de sonidos como aquellos creados por Radiohead por ahí de los 90s, en canciones como 'Talk Show Host', fabulosamente manejados, por cierto, llenando las melodías de un cierto letargo que transmiten hermosamente. Y otras como 'Every Night My Teeth Are Falling Out' apelan al psicoanálisis con cierta temática freudiana, en la cual, el soñar que a uno se le caen los dientes es señal de frustación sexual, go figure. Aquí entre nos, y sin implicación alguna, esta fue mi canción favorita. Burst Apart no es un álbum que pueda ser juzgado por su portada, ni de buenas a primeras... quizá tome tiempo, como a mí me tomó, quizá llegue a ser su amor a primera vista, pero sea tal o cual, es un disco que definitivamente merece ser escuchado. 

'Every Night My Teeth Are Falling Out'

miércoles, 4 de enero de 2012

Lo mejor... Radiohead, The King Of Limbs

2. The King Of Limbs, Radiohead

Escucho 'Bloom' y recuerdo esa mañana de febrero que lo escuché por primera vez... era Radiohead regresando a sus tiempos de Kid-A, quitándose un poco esa imagen que In Rainbows les dejó; algo así como preciosismo, poesía desnuda con armonías orgánicas, sinfónicas, grandiosas. Esta vez, esa grandiosidad logró contenerse dentro de algo más pequeño y modesto con sintes, secuencias y sonidos que pasaron por el filtro digital. Sé de primera mano que muchos se encontraron en completo disgusto con esta nueva entrega, esperando algo así como una continuación del In Rainbows, quizá más digerible o por el contrario, lo encontraron muy sencillo. Vean como lo vean, The King of Limbs es un álbum excelente, coherente, sólido; canción tras canción es la invitación a un viaje como sólo Radiohead puede patrocinar. Un viaje cargado de visiones, colores y sabores... y repito, ¿para qué necesita uno de alucinógenos? Todo se da naturalmente y por añadidura. Son melodías palpables y adictivas; como un estornudo que se contagia, la música del álbum se infiltra hasta el cerebro para hacernos bailar al estilo York, sin inhibiciones, sin pena y de forma catártica. Los regresos de Radiohead siempre serán bien-venidos y bien recibidos.

Excelente canción 'Codex', de mis favoritas del disco.

Aquí les dejo este link de algo pequeño que escribí sobre The King Of Limbs por ahí de febrero: http://singinfrogz.blogspot.com/2011/02/el-regreso-radiohead-por-radiohead.html

lunes, 2 de enero de 2012

Lo mejor... St. Vincent, Strange Mercy

3. Strange Mercy, St. Vincent

Estridente, ruidosa, salvaje, prodigiosa. Annie Clark o Santa Vicente y su bellísima y tan femenina voz contrapuesta a esos  ruidosos y apasionantes riffs. Esta mujer no le pide favores a nadie, absolutamente nadie, es absolutamente perfecta en todos los sentidos... una diosa. Han de pensar en lo exagerado de mis declaraciones, mas no, exageradas no lo son. Tres LPs, siendo este el mejor de todos, definitivamente, lo prueban. Strange Mercy es un álbum sin inhibiciones, en donde queda todo al desnudo: sus traumas, sus obsesiones, incluso sus perversiones, como en 'Chloe In The Afternoon', una oda de Clark a Eric Rohmer (extinto director de la Nouvelle Vague). Si antes ella cantaba sobre relaciones, romance y cuentos de hadas, ahora logra escindirse de ese ropaje naive para ponerse en el centro de atención, el papel protagónico de un disco que de principio a fin embriaga con la dulce e incitante voz de Clark.

'Surgeon', de las mejores del disco.

domingo, 1 de enero de 2012

Lo mejor... M83, Hurry Up, We're Dreaming

4. Hurry Up, We're Dreaming, M83

'You, Appearing' fue la primera canción de M83 que escuché, hace ya más de tres años con el Saturdays=Youth entre olor a tabaco, café y solución fotográfica dentro de un pequeño y frío local del centro. Este proyecto del francés Anthony Gonzalez no puede ser catalogado como música electrónica, sería casi un insulto, sino un eclecticismo de géneros, estilos, sonidos y ritmos. Parte del shoegaze, pasa por lo electrónico, toma del pop y resulta en una explosión de matices que pocos logran con semejante presición y perfección. Hurry Up, We're Dreaming es justo esto, un disco doble abundante en sintes, secuencias, reverbos, efectos y ese toque de 80's revival que está tan inn entre músicos y productores discográficos, aunque Gonzalez no lo lleva hasta el extremo del hartazgo. Es un álbum que, si de escucharse de corrido, lo tiene a uno en un maravilloso viaje de más de una hora sin necesidad alguna de alucinógenos, tan sólo necesitan de un sillón, el álbum y escuchar canciones como 'Raconte-Moi Une Histoire' (o déjame contarte una historia): I heard about this frog. It's a very tiny frog, but it's also very special. You can only find it in the jungle so far away from me. But if you find it and you touch it, your world can change forever. Una de mis favoritas del disco. M83 proporciona los más fascinantes viajes que se puedan imaginar, y discos como Hurry Up..., por más cursi que se escuche, son los medios que nos lleven a ese país de nunca jamás.

Excelente video para una excelente canción... 'Midnight City'