Lower Dens, cuarteto de Baltimore con los nombres de Jana, Geoff, Abram y Will, crean los mejores escenarios melódicos para que uno se pierda a placer en ellos. "Divertido" quizá no sea la idea primaria que se genere al escuchar el álbum por primera vez, sin embargo, según se repite una y otra vez, comienza a surgir esta sensación de movimiento involuntario que a uno tanto le entretiene. Quizá sean las drogas nootrópicas aludidas por el álbum, quizá es la música misma que nos droga... o vaya, para qué digo quizá, la música es una droga, es la droga; y como paréntesis, nootrópico es el nombre que le dan a las "drogas inteligentes", llámense estimulantes de la memoria, potenciadores cognitivos funi-fula, funi-fula. Realmente puedo ver la relación entre ambas cosas. Pero hablar de narcóticos no es lo mío y posiblemente jamás lo sea, así que mejor continúo con la música.
Mientras que de inicio "Alphabet Song" no parece tentar las pasiones lo suficiente, "Brains" rescata la tan importante parte introductoria del álbum; rasca el cerebro con su hipnótico himno de declaraciones sin sentido que se repiten en oleaje, constatando que la música y la atmósfera son tan importantes como la lírica, incluso a veces -y repito, a veces- la combinación de ambas son más sustanciales. Por si fuera poco, "Stem" se agarra de dicha combinación desechando por completo el uso de la palabra y funciona como outro, largo y enérgico ante unos discretos bits, unos silenciosos reverbos y sintes repetitivos. "Propagation" es una belleza en su sentimiento, los trazos que se pintan, nuevamente ayudados por las guitarras tan atractivas y melancólicas, son difícil de olvidar una vez que se da por finalizado el momento. Les aseguro que querrán regresar a ella una y otra y otra vez. El efecto estupefaciente, no sólo relaja y nos hace perdernos, sino que es altamente adictivo. "Lamb" tiene un poco de Joy Division con ese sonido tan abrupto y agudo de la batería (sintetizada, por supuesto), pero que enmarca el contexto con una frialdad hechizante y les confesaré que no entiendo nada de lo que Jana Hunter canta, aunque eso no es imposibilidad para maravillarse ante la emoción de su voz (y qué voz). "Candy" y sus guitarras, nuevamente, crean una fuerza de atracción que no se puede combatir, con esos efectos tan deliciosos que sin duda atraparán la imaginación de los guitarristas-pedaleros, y el ritmo, como lo dije en un principio, nos lleva a los movimientos involuntarios de torso sincronizados a la perfección. "Lion In The Winter Pt. 1" es intro para "Lion In The Winter Pt. 2", brillante, lo sé. Y si sus oídos musicales han viajado hasta los fríos páramos de Islandia, encontrarán similitudes tan claras como el hielo con una pequeña banda llamada Múm (el hermano perdido de Sigur Ros despojado de toda solemnidad). Finalizando, "Nova Anthem" es oscuro en su mensaje, palabras y frases sin conjeturas, pero que terminan pintando la idea general: animal soulless place controled by emotion, outthink, displace evolve, escape, mutate, deface, disguise, out pace devious, underground ruling class, shifting tongues, out think, displace, disguise, out pace, open fire or evolve, mutate the whole shit-house goes up in flames, this is war to exterminate electric storms of violence sweep the planet... y así sucesivamente. "In The End Is The Beginning" es el clímax idílico para el álbum-droga que espina y nos hace adictos; una movida muy inteligente, pues sin duda -al menos en mi caso- escuchar una sola vez este disco es inviable.
Nootropics es el segundo álbum de Lower Dens y en él, no hay rasgo alguno que indique debilidad ni huecos pasados por alto. El sonido es sólido, sus atmósferas etéreas, sus guitarras -sí, lo repito y lo repito y de aquí no me sacan- son el núcleo alucinógeno que lo adhiere todo y Hunter es la Beatriz a nuestro Dante, que sirve de guía en tan surreal viaje. Este va p'al canon.
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