sábado, 28 de marzo de 2009

Representáse la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió


Soneto

<<¡Ah de la vida!>>... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

Quevedo
(mi nuevo amor)

viernes, 27 de marzo de 2009

Hazards of Love: The Decemberists




Comenzaré con un poco de anti-profesionalismo y mucho fanatismo: ¡qué pinche álbum más chingón! Dicho lo cual, podré proseguir a lo siguiente: Hazards of Love es sin duda mi disco favorito en lo que va del año, y probablemente, sea para mí el mejor del 2009.

Hazards of Love es la nueva obra de arte proporcionada por esa talentosa agrupación de genios musicales llamada The Decemberists. Este quinteto de Portland ha logrado un disco cargado de energía y melodías que pintan escenas de violencia, pasión, belleza, inspiración; cada canción está llena de un lúgubre color que rápidamente cambia de tonalidad.

The Decemberists se caracterizan por narrar historias en sus canciones, así que bien podría decir que, esta banda no sólo se satisface con romper límites y parámetros musicales del rock, sino que trasciende más allá, convirtiendo sus letras y sus melodías en una experiencia poética y literaria, oscilando entre el folk, el rock, y hasta cierto punto, en metal. Una alegoría a la oscilación de los sentidos, los sentimientos y los cambios de humor. Será un álbum que no podrán dejar de escuchar y sentir sus electrizantes melodías recorrer todo el sistema nervioso.

Desde el “Prelude”, la premier chanson caracterizada por sus 60 segundos de silencio que sólo darán pie a un intro sin melodía real para introducir a su predecesora, “The Hazards of Love 1”. Una suave e hipnotizante melodía que tan sólo crea el ambiente de pesadumbre y engaño, haciendo creer a uno que ‘aquí todo va bien, todo va tranquilo’ y descubrir su tan delicioso engaño al iniciar “A Bower Scene” -la siguiente canción-, introduciendo aquella virtuosa violencia en las ruidosas guitarras y en la invisible fuerza de la letra. Es la poesía que jamás habían escuchado. “The Rake’s Song” es, sin duda, mi favorita hasta ahorita. Simplemente por la carga emocional que contiene la canción y la historia que narra es increíblemente descabellada.

Y así transcurren, una tras otra, sin corte alguno. Un desenvolvimiento de canciones prodigiosamente seleccionadas y ordenadas; una literalidad musical que en mi pequeño mundo jamás hubiese pensado posible. Mujeres violadas por sus amantes, bestias que morfan, cambian de estado; mujeres devoradas; bosques oscuros y tenebrosos, llenos de peligro, y en algún lugar de la historia, la protección del hogar.

Para todo buen melómano, Hazards of Love es un must-have dentro de su colección. Para un recién iniciado, por supuesto que lo deben de tener. The Decemberists nos recuerdan por qué la música es igual de fascinante que la vida misma. Es aquella historia alterna a la nuestra, un alter-ego a nuestra persona, el elemento esencial sin el cual los días de nuestras existencias serían terriblemente vacías.

martes, 24 de marzo de 2009

Enfado en contra de la sequía cultural de la ciudad.

Me enfada que tarden tanto en llegar las películas a esta ciudad olvidada de la cultura. Me enfada que haya tanta mierda en el cine -y lo peor- que sigan en cartelera porque la gente realmente va a gastar su dinero para ver esas porquerías.

Me enfada que el cine esté caro, aún así, vive l'art... o como se escriba. Je n'escrit pas trés bien le francaise, mais... who gives a damn!

Me enfada que no lleguen conciertos de músicos de calidad a esta ciudad... pregúntome yo, cuándo se hará realidad mi deseo de ver en escena a dioses como Radiohead, Björk, Damien Rice, Decemberists, Walkmen, Antony... y cantidad de músicos más que, para mi suerte y desgracia, nadie más escucha.

Me enfada que la gente no tenga la costumbre de leer, me enfada no ver a la gente disfrutando de un café un libro; me enfada que escaseen las buenas librerías en la ciudad.

Me enfada la falta de cultura en la ciudad.
Me enfada la falta de cultura en la gente (no generalizo, pero sí)
Me enfada que la gente no le de importancia a su propia educación y su propio crecimiento personal.

Me enfadan tantas cosas.
Me enfada no hacer algo por ello.
Me enfada no saber por dónde empezar.

lunes, 23 de marzo de 2009

Sueño

Cómo cuesta escribir cuando se tiene sueño, aún así, tecleo solamente para ser arrullada por el sonido que producen mis dedos al golpear las teclas. Ya llegará un nuevo día para seguir escribiendo cosas factibles y fructíferas ( ¿? )... por lo pronto. Adieu.

domingo, 22 de marzo de 2009

Las 36 razones por las que ser hombre es la neta... según esto.

Un pequeño pedazo informativo (leer hasta el final).

1. Puedes conservar el mismo estado de ánimo los 30 días del mes.
2. Tres pares de zapatos, unos tenis y unas chanclas son más que suficientes.
3. Ningún mecánico puede hacerte pendejo. Si lo intenta, le rompes la cara.
4. Los planes de la boda se arreglan solos, únicamente dale por su lado a tu novia.
5. Vestido de novia: 10, 000 pesos mínimo. Frack (alquilado): 600 pesos. Una súper peda... no tiene precio.
6. Puedes sentarte con las piernas abiertas en cualquier lugar.
7. No necesitas compañía para ir al baño, y además, hacemos de pie.
8. No te preocupa que "el baño de la oficina esté muy sucio".
9. Puedes ver televisión durante horas con un amigo en total silencio sin pensar: "¿estará enojado o sentido conmigo?
10. No tienes que limpiar tu cuarto cada vez que va a llegar alguien, es más, un verdadero hombre jamás limia.
11. Puedes remediar cualquier cosa con las frases "a la chingada" y "ya ni modo".
12. Puedes pasar a visitar a un amigo sin tener que llevarle un regalo; aunque un par de cervezas siempre serán bienvenidas.
13. Si pides detalles sobre la vida sexual de tus amigos no eres ningún chismoso, sólo te estás informando.
14. Luis Miguel, Ricky Martin, Tom Cruise, Brad Pitt y demás figurines del espectáculo no existen en tu universo, es más, son una bola de maricas.
15. No tienes por qué pensar qué ropa llevar a un evento... total, a nadie le interesa cómo vas vestido.
16. Nos vale si hemos subido o bajado de peso.
17. Las filas de los sanitarios son un 80% menores y, si ya no aguantas, siempre estarán los jardines y las banquetas.
18. Si cumples 40 años y aún eres soltero, a nadie le importa; incluso, hasta empiezan a felicitarte los envidiosos.
19. Ninguno de tus compadres en la chamba tiene la capacidad o el poder de hacerte llorar, porque al que se pone muy loco, le partes la madre y listo.
20. Si no llamas a un amigo cuando dijiste que lo harías, a él le vale madres y no te va a hacer un pancho de hueva.
21. Las conversaciones telefónicas con tus amigos son 60 segundos o mejor se van a chupar.
22. Un paquete que contiene tres calzones no cuesta más de 60 pesos.
23. En las peluquerías no te roban, ni tienes que pasar más de dos horas ahí sentado hablando de puras babosadas y chismes sin sentido.
24. Te imñporta un comino si alguien se da cuenta o no de que te hiciste un nuevo corte de cabello.
25. Si alguien no te invita a algún evento o fiesta, sigue siendo tu amigo.
26. Si alguien llega al antro con una camisa igualitaa la tuya, no te apuenas, te da gusto y le invitas un trago.
27. Te vale madre si te tragas dos hamburguesas con todo en una noche... las dietas no se hicieron para los hombres.
28. No tienes que cargar a todos lados una bolsa enoooorme llena de porquerías.
29. Cuando tu trabajo es criticado, lo aceptas -por algo eres hombre-, no piensas que todos están en tu contra y te pones a llorar.
30. Si hace calor, puedes desabotonarte la camisa, de hecho, la panza chelera es un motivo de orgullo.
31. Puedes olvidar una fecha o meter la pata, las flores, una cena o los chocolates lo arreglan todo.
32. Si eres un verdadero hombre, sabes por lo menos 20 formas de destapar la cerveza.
33. Porque aunque no tengamos comezón nos da por rascarnos las pelotas ¡y qué rico es!
34. Es normal que los domingos veas los resúmenes deportivos, aunque hayas visto todos los partidos.
35. Puedes usar los mismos jeans diario sin preocuparte de lo que dirán tus amigos -seguro hacen lo mismo.
36. Entre hombres puedes insultar a tus anchas sin que digan: se oye mal en un señorito". Es más, quien no diga groserías cuando está con sus amigos es un marica hecho y derecho.

Sin autor, “36 razones por las que ser hombre es la neta”. H para hombres, 100 (2007), pp. 88, 89.
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Tres veces lo he leído y tres veces me he reído. Tres, la perfección. Estoy segura de que el día que la tristeza me embarque y me embriague, regresaré a estas 36 razones y volveré a reír y reír y reír.

Tengo que decir la verdad, no creo -y no quisiera creer – que todos los hombres son así. Yo se que no. Al menos estoy segura de que, los hombres que yo conozco no se glorían de ser hombres por esas 36 razones, yo les tengo más fe, así sea una fe ciega e ingenua, no me importa, yo quiero creerlo así. Creer lo contrario sería degradar la educación y la cultura de más de la mitad de los hombres dentro de la población mexicana. Estoy consciente de que esta sociedad, lamentablemente, sigue siendo una machista, en donde la mujer, para lo único que sirve es para permanecer en casa lavándole los calzones al marido –tal vez un tanto exagerado, pero la realidad no se aleja mucho de la ficción-.
No soy una admiradora ni de una corriente ni de la otra; tanto el machismo como el feminismo son tendencias extremistas y se pierde el objetivo de lo que una verdadera sociedad debería de ser, pero hemos de agradecer a la poca educación cultural que se vive en el país y ciertas tradiciones que hace mucho debieron ser olvidadas. La igualdad de los sexos debe y tiene que partir del respeto, no de quién puede más o quién jode a quién; o, ¿qué no saben que violencia genera violencia?
En fin, supongo que mientras la mentalidad del pueblo mexicano no evolucione, seguiremos encontrando cosas tan vanas e infructíferas como esta de las “36 razones…”. Cosas así no crean ira en una mujer como yo, que se rehúsa a creer que a todas las mujeres nos tachan de meros objetos sexuales, inútiles, sentimentalistas que sólo sirven para gastar, así también me rehúso a creer que todos los hombres son personas que trabajan su cerebro con poca dignidad y mucha misoginia. Cosas así, lo único que en mí logran, es demasiada risa y una ligera aflicción por aquel porcentaje de hombres que realmente celebra sus 36 razones, pues su mente no da para más.

viernes, 20 de marzo de 2009

Mi droga.

En unos momentos más debo de comenzar con mi ritual de embellecimiento y, aquí entre nos, me da una enorme y tremenda flojera, pero bueno, no hay más que decir en el asunto, es una de esas cosas que se tienen que hacer (ja-ja-ja). Aunque no se cómo lograré levantarme y romper el bellísimo trance en el que me encuentro y no es gracias a un halucinógeno, ni a una excesiva cantidad de alcohol en mi organismo, pero si habrá que nombrarlo de alguna manera para hacer valer mi punto de por qué me encuentro en tal estado, llamémoslo 'droga'; gracias a mi droga no puedo ni mover un músculo, me he perdido entre las Flores de Amaltea y no pienso volver.
Estoy ensimismada, totalmente abstraída del mundo y todo me es tan ajeno y me ha sido tan distante durante el transcurso del día; he visto al mundo girar en cámara lenta y me ha gustado. Todo se detuvo y dejé de envejecer, hasta cierto punto. No he podido dejar la música en paz, no he permanecido en silencio por nada y para nada, y esto es que... ¡Hay tanta música TAN buena! Es estúpido la emoción que me envuelve y me da, pero es cierto -y qué consuelo tan grande de no ser la única-, es verdaderamente una droga para mí, entre más la escucho más la necesito. Soy muy repetitiva en este punto pero, no lo puedo evitar, es un llene de armonía que deja fuera a todo lo demás, no hay cabida para otro asunto, otra cosa e, inevitablemente, no hay cabida para problemas y malas sensaciones, odios y pensamientos no deseados, etc.
Me desespero tanto luego con la gente que cierra su mente y no se dispone a escuchar cosas nuevas, que se encierran en su pequeña burbuja de cristal, que se dejan guiar por la corriente -pero ni siquiera la buena-, que son presas fáciles del marketing de aquellos titanes corporativos que no saben de arte, ni melodía, ni tacto, ni cultura. Toda aquella gente que ha vivido su vida zombificada por el lavado de cerebro de la globalización. Cómo quisiera romper burbujas de cristal. Y es que, el problema de vivir en una frontera como Juárez, limita mucho el crecimiento cultural de aquella gente que vive en un cuadrado, aunque.. bueno, acepto que podría estar mucho peor. Eso sí, hay esperanza al final del túnel.
Mi lamento conforme a esta ciudad es precisamente aquella limitante cultural... ¿por qué rayos no llegan buenos conciertos a la ciudad? ¿Buenas presentaciones artísticas? Qué daría yo por ver en mi ciudad concierto de músicos de calidad y música de calidad. Obras teatrales de calidad. Películas de arte, de culturas diferentes, de enfoques diferentes. ¿Por qué es tan difícil, pequeño camaronsito, salir de la corriente? ¿Por qué?
Después de un extenso período de tiempo -me quedé mirando la pared pensando en aquellas preguntas-, regreso ahora al tema del cual me he desviado un poco, si es que había uno. ¡Música! Bella, soberbia y magnánima música. ¡Eso es! Hablaba de música. Pero más que hablar y ustedes escuchar -o en este caso yo escribir y ustedes leer-, dejen de hacerle caso a una melómana desquiciada y e-nerd-ecida por la industria musical (la verdadera, la artística) y escuchen un disco que los haga perderse en el universo, que los vuelva invisibles a los ojos de los mortales.
(Escucho el nuevo disco de The Decemberists, por si ayuda, está... UFF! Soberbio. Pero ya escribiré en otro momento sobre eso).

domingo, 15 de marzo de 2009

Una visita al café.

Esto es escrito posterior a los hechos ocurridos, pero bien escrito en mi mente. Y me importa un (beep) si está bien escrito aquello....
Qué bien se mezclan los ruidos y sonidos y bullicios y risas estúpidas y pláticas susurradas en oídos ajenos (y en los míos también) con el delicioso e hipnotizante olor del café, en cuyos vapores me pierdo y caigo en éxtasis. Mi elixir de la vida sabe tan bien en aquel ambiente de ambientales sonidos en conjunto con mi lectura, una añadidura de voces poéticas y no tan poéticas. Mi beatus ile, mi locus amenus... si fuese tan rica que pudiese vomitar dinero por una gloriosa gota de tan preciado líquido.
Por los dioses, sigo en trance.

Quisiera ser....

Me he encontrado con un grandísimo y enorme problema: realmente, no se nada.
Quisiera escribir sobre miles de cosas, críticas más que nada hacia el mundo, la política actual, la economía, los problemas sociales, la música, la literatura, el cine, la fotografía... vaya, simplemente escribir sobre lo que es no hacer nada durante un momento del día, pero hacerlo con estilo y gran sabiduría. Luego pienso, "¿gran sabiduría? para eso tengo que vivir mucho" y vivir es justamente lo que me falta. A parte de aprender y conocer. Si tan sólo mi mente funcionase como memoria fotográfica para poder recordarlo todo, lamentablemente no lo es.
Esto me causa gran dolor y aflicción.
Creo que lo que quisiera decir es... quisiera ser más... más... ni si quiera sé que palabra es lo que quisiera ser, pero lo quiero ser. No diré inteligente, porque eso te sirve hasta cierto punto y ya. Para otras ciertas cosas es mejor la espontaneidad, vivacidad, astucia, pericia, audacia, etc., etc., etc. Así que si en mi hubiese una balanceada mezcla de esos seis elementos (incluída la inteligencia, por su puesto) y sumándole el infinito conomiento, pues sería un poco exagerado y blasfemo, sería a Dios a quien estaría tumbando de la chamba, así que no, por ahí no. Él hace un grandioso trabajo y de ahí no quiero quitarlo, no para nada. Pero tal vez sí le sumaría el grandioso y 'mortalmente limitado' conocimiento humano... eso sería tan dulce.
Una mezcla de Einstein y Da Vinci. Mejor dicho, la sumatoria de ambos con unas cuantas actualizaciones, sí, si tan sólo fuese así. Si tan sólo supiera lo que ellos. Si tan sólo imaginara sin limites y dejara que la mente vagara a su antojo por el universo.
Eso quisiera ser. Nada más.

domingo, 8 de marzo de 2009

Pérdida de identidad.

No diré mucho sobre el tema, sólo un poco.
Últimamente me he dado cuenta del grandísimo cambio que se ha producido -hablando de una servidora, constante pensadora-, no hay que llamarle pérdida de identidad, al menos no para mí, pero sí para las diferentes relaciones que en la vida había creado; al menos en las tantas y cuantas que surgieron durante los últimos años. Me lamento tanto este suceso, me duele hasta los huesos.
Después de una profunda reflexión caí en cuenta de que esto es posible, las relaciones que uno crea a lo largo de la vida pueden y, desde que se forman, corren el peligro de perder su identidad. Esas relaciones interpersonales que se logran con otro ser humano, eso que nos conecta: las cosas en común, las diferencias, las pláticas, experiencias, los recuerdos, buenos o malos, etc., todo ello va perdiendo su identidad, su razón de ser. Todo ello que lo mantenía unido fuertemente, con celo y orgullo y amor y alegría, todo cae en una pendiente, una constante degradación, hasta que aquello que conformaba una identidad, se ve perdida.
Mi pregunta es, ¿cómo recuperarlo? Cuando se pierde la identidad, ¿cómo regresar a ella?
¿Se puede regresar a ella?