miércoles, 28 de octubre de 2009

Sleepless in Juaritos

Ayer, después de meses de gloriosas noches de sueño ininterrumpidas, flotando entre nubes de algodón y estrambóticas escenas a blanco y negro de paisajes dalineanos, aquella enfermedad que me aquejaba con constante impertinencia volvió a tomar posesión de mis esquizofrénicas neuronas para ahuyentar a mis encantadoras ovejas nocturnas bien guardadas bajo mi almohada, así que no tuve de otra mas que permanecer con ojos pelones, pelonsísimos, rojos y llorones viendo Sleepless In Seattle (o Sintonía de amor) con Meg Ryan y Tom Hanks doblada al español, pues era lo único que a esa hora de la madrugada había en la televisión. Eso o los infomerciales que pretendían venderme una pomada quema lonjas mientras uno sigue en estado vegetativo frente al televisor. En fin, c'est le moindre de deux maux.

Supongo que eso del <<Sleepless>> llegó como mera casualidad...

lunes, 26 de octubre de 2009

Las cajitas de cartón (películas al 3x2)

Un viernes por la noche sin mucho que hacer puede significar solo una cosa… Blockbuster. Ya que la confianza en el cine en esta ciudad es nula en su totalidad, la segunda mejor opción es la renta de películas. Y digo segunda pues si tuviese internet en casa sería la tercera. Pero bueno.

Ahora, ir a rentar películas significa pasar alrededor de una hora merodeando pasillo por pasillo buscando algo digno de verse. Lo bueno es que siempre hay algo nuevo que ver. Lo emocionante viene cuando, camino a pagar las películas, uno se topa con las cajas de cartón que tienen pegado el promocional de 3x2 en grandes letras amarillas contrastando con un fondo azul oscuro. Eso, para un pequeño ratón curioso como yo, significa hurgar absolutamente todo, caja por caja, levantando películas para ver qué hay abajo e incluso, buscar debajo de la mesa por el resto de las cajas de cartón conteniendo más películas.

Esas cajas de cartón son las responsables de que tenga la colección de películas que tengo, entre cuyas curiosidades he encontrado joyitas como I Trust You To Kill Me, Las trillizas de Belleville, Perros de reserva, las temporadas completas de Extras con el fabuloso Ricky Gervais, My Blueberry Nights y 2046 alimentando mi creciente colección de las películas de Wong Kar-Wai, Broken Flowers y Coffee & Cigarettes de Jim Jarmush, Dear Wendy, Luz silenciosa de Carlos Reygadas, entre muchas, muchas, muchas otras más.

Sí, esas cajas de cartón son la solución para cualquier cinéfilo sufriendo de sequía cinematográfica o sufriendo de un viernes sin nada que hacer. Hurgar por aquellas cajas de cartón podría significar encontrar algún pedazo de tesoro que haya estado faltando de su colección. Aquellas cajas de cartón resultaron en que saliera de ahí con tres películas nuevas bajo el brazo de las cuales espero poder hablar muy pronto de ellas, por si a alguien le interesa: Persepolis de Marjane Satrapi, es una animación basada en un cómic francés, y es verídica, por cierto. Burn After Reading de los hermanos Coen, quienes, como siempre, logran entregar una historia entretenida y divertida, el mismo sentido del humor repleto de ironía y cinismo que caracterizan sus películas. Y por últimos Luces al atardecer del artista Aki Kaurismaki, bellísima película con una fotografía impresionante.

En fin, estoy esperando a que pase esta semana llena de lecturas, reportes y exámenes para poder escribir algo al respecto. De todos modos, recomiendo que se aventuren a hurgar en las cajas de cartón, uno nunca sabe lo que se puedan encontrar. Feliz martes.

martes, 20 de octubre de 2009

Une chanson pour le Mardi

Antony Hegarty, líder y vocalista de Antony & The Johnsons, es una de mis voces favoritas, una voz que evoca tristeza, tragedia, melancolía y, sorpresivamente, esperanza. "Fistful of Love" es la canción más energética del álbum I Am a Bird Now, y eso ya dice demasiado de cómo está el resto del disco. Jamás he escuchado que música y voz se complementaran tan bellamente bien, pintando los días de los tintes más oscuros, llenándolos de las sombras más complejas y dejando al alma tan bien alimentada. El álbum es una salida, o mejor dicho, una alternativa para soltarlo todo, para beberlo todo, para fumarlo todo -si es que esto hace sentido alguno-.

En fin, suficientes palabras. Espero que les guste, que les hechice y que se conviertan en admiradores de su torcido sentido de melancolía y belleza.

jueves, 15 de octubre de 2009

Te presento a los Bastardos

Tan sólo buscaba una excusa para ir nuevamente al cine y por fin la excusa llegó: Inglourious Basterds. Sí, eso se escucha muy bien. Nada mejor que olvidarse del mundo dentro de la penumbra de una sala de cine vacía -cosa buena de ir al cine a las 5 de la tarde, nada de niños corriendo por la sala ni gente nefasta hablando por celular-. Y es así como, ya cómodamente dentro de la butaca se apagan las luces e inicia la función, y confieso haber estado muy emocionada para cuando los créditos iniciales comenzaron a aparecer en pantalla. Dos horas y cincuenta minutos –aproximadamente- más tarde, caminaba por el estacionamiento del centro comercial hacia mi carro, repasando en mi cabeza los 152 minutos de film que acababa de presenciar.


“¿Sabes? Creo que esta es mi obra maestra”, le dice el teniente Aldo Raine (Pitt) a su compañero Utivitch con una sonrisa de oreja a oreja. Esto traducido al mundo real se lee algo así: “Más de una década trabajando esta película y finalmente le he soplado vida a lo mejor que he hecho”, Tarantino. ¿Lo mejor? Pues no lo sé. Creo que Reservoir Dogs es mejor película, en mi humilde opinión, y ya ni qué decir de Pulp Fiction, Jackie Brown y Kill Bill. Claro está que Tarantino es una mente con una inmensa capacidad de imaginar escenarios imposibles y surrealistas, y justamente eso es lo que Bastardos es, una película de escenarios imposibles y surreales, si no me creen, vayan a verla y me dicen qué piensan de que Operation Kino sea un completo y enorme éxito.


Yo la veo de esta manera: por tres cuartos de la película, todo va excelentemente bien, demasiado bien. El nivel de suspenso es perfecto y la comicidad le complementa a proporción, ácida y cínica como cualquier película de Tarantino. Los personajes están muy bien planteados, muy bien justificados –salvo dos que tres que aparecen por ahí sin mayor obligación que pararse frente a la cámara y verse como un soldado yanqui rebelde y arrogante-, de los cuales sobresalen Christoph Waltz (Landa), Michael Fassbender (Hicox), Diane Kruger (von Hammersmarck) y Mélanie Laurent (Shosanna/Emmanuelle). El hecho de que haya mantenido el tiempo en escena de Brad Pitt en un mínimo fue un perfecto toque, pues deja que la película tenga peso por los demás personajes y no por ser el carita dorado de Hollywood. El personaje de Landa, en mi opinión, se lleva las palmas; es el villano perfecto: educado, inteligente, caballeroso, amable y derrepente, los estribos le saltan de la cabeza para convertirse en una bestia asesina llena de rabia y locura. Esos son siempre los mejores villanos. Pero bueno, estos actuaciones son los que hacen de la película lo que es, al menos durante los primeros dos actos (o cuatro capítulos, pues Tarantino recicla lo que hizo en Kill Bill, dividir la película en capítulos, cinco en total).


Ya para el tercero, las cosas comienzan a verse un poco dispares y perdidas, incluso para los personajes a quienes todo les sale mal. Durante una escena cargadísima de tensión, ahí me tienen, abrazada de las piernas pensando “¿qué pasará?” y en eso la película se traba y se comienza a quemar –no es broma, el film se quemó unos 15 minutos antes de finalizar-, las escasas 10 personas que estábamos en la sala resoplamos indignados contra los “técnicos” encargados de la proyección. Diez minutos más tarde, nos encontramos al inicio de la escena perdida y comienza el principio del fin. Unas horas después de terminada la proyección caí en cuenta de que aquel suceso del film quemado, justo cuando inicia la conclusión, fue una señal de los dioses, y una muy irónica para esto. El final se quemó completamente. Aquel tercer acto no logra sostener el peso acumulado a lo largo de la película para así poder inmortalizar a Tarantino y a su obra como un masterpiece.

No digo que sea una mala o pésima obra de Tarantino, pero claro está que no es lo mejor que ha hecho. Sin duda alguna la trama es estupenda, los diálogos cerca de ser impecables, pero tal vez, esta vez, el haberse guiado por sus situaciones imposibles, ridículas y, prácticamente, completamente irreales, no le ayudó. Tal vez si dejase de pasar tanto tiempo apareciendo en programas como American Idol, podría concentrarse tan sólo un poco más en aquel punto tan importante para cualquier escritor/creador: ¿cómo termino la historia?

sábado, 10 de octubre de 2009

Une chanson pour la nuit...

En esta ocasión presento -como si esta banda necesitara de una presentación- a PULP con "Common People" del álbum Different Class. Esta es una de mis canciones favoritas de la ya extinta banda británica estelarizada por el siempre raro y talentoso Jarvis Cocker. La rolita lo tiene todo de especial, ritmo, estilo y muchísima personalidad, y más aún si se está en claustro un sábado por la noche acompañado únicamente por unos cuantos cigarros y una botella de cerveza.


You'll never live like common people
You'll never do what common people do
You'll never fail like common people
You'll never watch your life slide out of view
And dance and drink and screw
Because there's nothing else to do

viernes, 9 de octubre de 2009

Tener migraña

MIGRAÑA
Migraña
Llorosa lagaña
...estúpida araña
Tu mala calaña
Cabeza cabaña
Migraña
Migraña
Me mata tu maña

miércoles, 7 de octubre de 2009

El inicio...

Hoy no tengo mucho que decir, ni ganas de hablar. Tengo ganas de hundirme bajo las cobijas y ver películas, una en especial: Reconstrucción. Esta película es una de mis favoritas, definitivamente estaría en mi Top 10, si me atreviera a hacer uno -tal vez lo haga y lo ponga por aquí para que me lo critiquen-. Les dejo los primeros 6 minutos para ver si también se les antoja verla conmigo.





Hasta pronto mis queridos cinéfilos.

jueves, 1 de octubre de 2009

LOST junkie

"Surfeando" por los canales el otro día me topé de frente con un promo de la serie LOST, un promo de la temporada pasada y recordé.... lo recordé todo. Cómo desde la primera temporada, desde el primer capítulo quedé enganchada, totalmente obsesionada con la historia, con la mitología, con los personajes y las referencias culturales y literarias. Quedé obsesionada con el estar constantemente estudiando y teorizando sobre el por qué y para qué de las cosas y las situaciones, de los plots, sobre la información que pasa por indicio y los indicios que pasan por información; sobre símbolos, signos, ecuaciones, acertijos y demás cosas que deleitan a la mente creativa y creadora.

Observé y asimilé cada aspecto, cada cuadro, cada diálogo de aquel promo, levanté la mano y comencé a contar: noviembre, uno. Diciembre, dos. Enero, tres. Febrero, cuatro. Cuatro meses para saber, para seguir devorando, para seguir teorizando, para obtener respuestas... ¡Cuatro meses para que inicie la última temporada! Aún faltan cuatro largos meses para esperar, cada miércoles como toda super geek -emocionada, ansiosa e hiperventilada-, un nuevo episodio de lo que definitivamente ha sido mi programa favorito. Cuatro largos meses para que al término de cada episodio muera por discutirlo con alguien, por crear debates en cuanto los nudos, los indicios, las teorías... cuatro meses para que lo único que ocupe mi cabeza -no tan exagerado, pero algo así- sea Lost.



Por lo pronto... ¡Feliz octubre!