martes, 19 de julio de 2011

Es sólo diálogo...

Porque no tengo nada mejor que hacer -ya leí, dibujé un rato, vi el techo y mantuve una conversación conmigos misma durante unos minutos-, he transcrito toda una escena de una de mis películas favoritas, obra de los genialísimos hermanos Coen. The Big Lebowski (1998), es una película buenísima de esas como las que pocas veces se encuentran ya dentro de Hollywood, pero claro, es de los Coen. Es una comedia que realmente nos hacen reír y eventualmente terminar recordando y citando el diálogo. Y es que tocando el tema del diálogo, es tan natural, tan fluido, tan espontáneo, estúpido e irreverente. La película es una historia de enredos comenzando por dos personajes bajo el mismo nombre: Jeffrey Lebowski. El primer Jeff Lebowski (Jeff Bridges) es un pensionado veterano de guerra que pasa sus días bebiendo rusos blancos, fumando mota y jugando bolos; se hace llamar y  responde sólo al nombre de The Dude. El segundo es un millonario parapléjico, de edad avanzada, cuya esposa ninfómana es perseguida por deberle dinero a un magnate de la industria fílmica porno. Los achichincles del magnate mandan cobrar dichas deudas y terminan confundiendo a The Dude (el primer Lebowski) con el millonario Lebowski. Y como dicen... de ahí pa'l real; la historia se desenvuelve con toda fineza y naturalidad colina abajo con una lista de ridículos y caricaturescos personajes interpretados a la perfección.

Esta escena sucede justo tras la parte introductoria de la película, en la cual los achichincles del pornógrafo confunden a The Dude con el millonario y terminan orinándose en su carpeta persa. ... ... ...

Walter: This was a valued rug. This was a…


Dude: Yeah, man, it really tied the room together.

Walter: This was a valued, uh…

Dude: Yeah.

Donny: What tied the room together, Dude?

Dude: My rug.

Walter: Where you listening to the Dude’s story, Donny? Where you listening to the Dude’s story?

Donny: I was bowling.

Walter: So you have no frame of reference here, Donny. You’re like a child that wanders into the middle of a movie…

Dude: Oh, Walter. What’s the point?

Walter: There’s no reason… Here’s my point, Dude. There’s no fuckin’ reason...

Donny: Yeah Walter, what’s your point?

Walter: What?

Dude: Listen, what is the poi… Look, we all know who is at fault here. What the fuck are you talking about?

Walter: Huh? No, what the fuck are you… I’m not… We’re talking about unchecked aggression here.

Donny: What the fuck is he talking about?

Dude: My rug.

Walter: Forget it Donny, you’re out of your element!

Dude: Walter, the Chinaman who peed on my rug. I can’t go give him a bill! So what the fuck are you talking about?

Walter: What the fuck are you talking about? The Chinaman is not the issue here, Dude! I’m talking about drawing a line in the sand, Dude. Across this line, you do not… Also, Dude, “Chinaman” is not the preferred nomenclature. “Asian-American”, please.

Dude: Walter, this isn’t a guy who built the railroads here. This is a guy…

Walter: What the fuck are you ta…?

Dude: Walter, he peed on my rug.

Donny: He peed on the Dude’s rug.

Walter: Donny, you’re out of your element! The Chinaman is not the issue here.

Dude: So, who…?

Walter: Jeff Lebowski. The other Jeffrey Lebowski. The millionare.

Dude: That’s fucking interesting man. That’s fucking interesting.

Walter: Plus, he has the wealth, obviously, and the resources, so that there is no reason, there’s no fucking reason why his wife should go out and owe money all over town, and then they come and they pee on your fucking rug! Am I wrong?

Dude: No.

Walter: Am I wrong?

Dude: Yeah, but…

Walter: Ok then. That rug really tied the room together, did it not?

Dude: Fuckin’ A.

Donny: And this guy peed on it.

Walter: Donny, please.

Dude: You know, this is the fucking guy… I could find this fucking Lebowski guy.

Donny: His name is Lebowski? That’s your name, Dude.

Dude: This is the guy who should compensate me for the fucking rug. His wife goes out and owes money all over town and they pee on my rug?

Walter: They peed on your fucking rug.

Dude: Peed on my fucking rug.

Walter: That’s right, Dude. They peed on your fucking rug.

Aquí el video. Ahora me voy, seguiré viendo el techo y conversando con me, myself and I.

martes, 12 de julio de 2011

Confesiones conspiranóicas

Me he fijado que, debido a mi ya acrecentada pancita debido al embarazo, la gente se me queda viendo de una manera muy peculiar. No son miradas de ternura, de “mira qué bella mommy-to-be”, ni miradas de congratulación, sino miradas prejuiciosas, chismosas, curiosas. Son miradas de incredulidad y desaprobación (la mayoría de ellas). Para lo que me importa; no podría importarme menos, realmente desecho las miradas y lo único que en mi provocan es risa. Risa porque está claro que la gente no puede dejar de proyectar sus propios traumas hacia los demás, porque está claro que pensemos cuanto queramos sobre cómo esta sociedad ha avanzado hacia una equidad en los sexos, sigue siendo una sociedad misógina (y hago notar que NO soy feminista, de hecho, tanto el machismo como el feminismo me cae mal, mal, muy mal… los excesos jamás han traído nada bueno), lamentablemente. Platicando sobre mis teorías a mi esposo, él llega a la conclusión de que, la razón por la cual recibo tan peculiares miradas de la ajenidad es porque parezco una adolescente de 16/17 años (genes, mis padres son traga-años… gracias Papá y Mamá) y es que mi esposo también parece un muchachillo mocoso (la greña larga y los converse ayudan mucho en eso); así que henos ahí, una pareja de adolescentes que ha caído a la tentación de tentaciones, probando, según ellos, el dulce fruto que sólo está reservado para los verdaderos cónyuges. ¡Oh, gente de mente cerrada! Algún día llegaremos a la madurez mental en donde todos aprenderemos a ver más allá de nosotros mismos, más allá de nuestras envidias y psico-traumas. Mientras tanto, seguiré divirtiéndome al recolectar dichas miradas, pues en verdad, a quién no le gusta tener un público.

domingo, 3 de julio de 2011

Cosas del verano #2: leyendo a Rabelais

Good Sunday my lovely bloggers! Entro por el dolor de separación que el no tener acceso a internet me causa; entro porque extraño este mundo, porque extraño teclear y ver cómo aparecen las cosas que tecleo sobre el blog. Entro nomás porque quiero... y también, en vista de que esta vez que entro no tengo nada interesante que decir (o qué pensar), les comparto un poco de lo que estoy leyendo en la página 109 de Gargantúa y Pantagruel de Francois Rabelais... un clásico que jamás había leído hasta apenas ahora y el cual me está gustando... al menos no paro de reír. Espero que con esto les pique un poco la espina y les entre ganas de leerlo, si es que, como yo, tampoco lo habían hecho.



"... y trascoladas cerca de los nervios ópticos, en lo que estaban representados Demócrito heraclitizando y Heráclito democritizando.

Cuando se hubieron calmado las risas, Gargantúa consultó con sus gentes sobre lo que convenía hacer. Ponócrates opinó que se hiciera beber otra vez al elocuente orador y que, en vista de que les había dado tanto solaz y hecho reír más de lo que habría podido hacerles reír Songecreux, le entregaran los diez palmos de salchichas mencionados en la jocosa arenga, junto con un par de calzas, trescientos leños para el hogar, veinticinco moyos de vino, un lecho con tres colchones de pluma de ánsar y una escudilla muy honda, cosas que él decía necesarias para su vejez.

Todo fue hecho tal como había sido acordado, sólo que Gargantúa, dudande de si se encontrarían en aquel momento calzas cómodas para sus piernas, y preguntándose también de qué forma le sentaría mejor al orador, si a la martingala, que tienen un puente levadizo sobre el culo, para poder defecar cómodamente, o a la marinera, para mejor abrigar los riñones, o a la moda suiza, con muchos adornos para llevar caliente el trasero o en forma de cola de bacalao, por si tenía miedo de calentar la región renal, hizo que le dieran siete varas de paño negro y tres de la na blanca para forros. La leña fue llevada po rlos ganapanes; los doctores en artes llevaron las salchichas y las escudillas. Maese Janoto quiso llevar el paño.

Uno de dichos profesores, llamado maese José Baudouille, le demostró que eso no era decoroso ni conveniente para el estado teologal, y que era mejor que lo entregara a alguno de ellos.

-¡Ah -exclamó Janoto-, grandísimo borrico!, no concluyes in modo et figura. He aquí para qué sirven las proposiciones de Parva logicalia. Pannus pro quo supponit?

-Confuse -respondió Baudouille- et distributive.

-No te pregunto, asno -replicó Janoto-, quo modo supponit, sino pro quo. Es decir, asno, pro tibis meis, y por eso lo llevaré egomet, sicut suppositum portat adpositium."

(Fin de la página 109).



Esta suma pues una más de mis lecturas de verano y ha resultado ser una muy buena, entretenida y educativa. Y entre esta lectura también me saborié El banquete de Platón como side-dish.