jueves, 21 de marzo de 2013

Delta Machine, Depeche Mode


"Welcome to my world, you step right through the door, leave the tranquilizers at home, you don't need them anymore."
No hay mejor bienvenida que esa para introducirse de lleno al seductor y sugestivo sonido de Depeche Mode, y cuando digo "introducirse" es justamente eso: soy una rookie ignorante que al parecer no ha vivido para llenar los zapatos de los cuales se jacta de usar. Ahí está, lo he dicho. Vomitado en confesión ante el santuario cibernético. Yo mejor que nadie sé lo que se siente que llegue alguien a decir "me gusta fulano o sutano", cuando uno ha sido fan de años de dicho fulano o sutano y esa personita tiene sólo minutos de haberse convertido hacia la iglesia de fulano o sutano. Es mi caso. Así que fans depechemodeanos, no os preocupéis, no vengo a robaros de vuestro merecido puesto de admiración y conocimiento, sólo vengo a comunicar la buena nueva: tienen una feligrés más en vuestra congregación. Dicho lo cual, prosigo. Hace unos días Delta Machine llegó a mis virtuales manos; lo escuché por curiosidad y falta de decisión hacia la que había de ser escuchado en el momento y justamente, como si fuera una de esas cosas de la vida que no se pueden catalogar como coincidencias, "Welcome To My World" abre el álbum entre una plasticidad de sonidos electrónicos que ya había escuchado anteriormente cuando mi marido me mostró Ultra, pero hasta ahí. No podría decir si fuese o no una línea paralela entre un álbum u otro, eso ya es tarea para un verdadero conocedor. Intrigada, hipnotizada o idiotizada, continué escuchando, absorta con la voz de Gahan, la cual siempre me ha parecido tan seductora; quizá sea lo que canta, pues la letra parece seguir esa misma línea de seducción. "Slow" confirma que no sólo es lo que canta, sino cómo lo canta bajo esos discretos sonidos sintetizados que envuelven los riffs de reminiscencia a una especie de blues-jazzero de bares oscuros llenos de leyenda y amores cobijados por lo nocturno: "Slow, slow, slow as you can go, so I can feel all I want to know, slow, slow, I go with your flow [...] Slow as you can go, that's how I like it." Barry White me disculpará, pero esto es lo que yo llamo love-making-music. Y mientras que la voz de Gahan es capaz de poner bajo su embrujo a quien se deje, la de Martin carga una honestidad tan oscura y poética que presenta la cara del genio tras la letra que conforma la (casi) totalidad del álbum. En "The Child Inside", no hacen falta mas que unos cuantos segundos para toparnos de lleno con esa oscuridad tan escalofriante, que choca ante la sutil y bellísima voz de Gore bajo el sutil ambiente de sonidos que simulan un silencio de aire estancado. El primer sencillo, "Heaven", fue la canción que me hizo escucharlo todo y remitir hacia el pasado. Les hablaba de ese sonido insinuante tan imposible de ignorar, el cual brota intensamente ante un ritmo lento que prosaicamente nos transporta hacia el cielo, hacia otro universo, hacia lo onírico y lo pasional: "I slowly lose myself, over and over. Take comfort in my skin endlessly. Surrender to my way, forever and ever ... I'm in heaven." Arribar al final del disco es causa de descontento, y sentir dicho descontento es señal que uno acaba de experimentar ese otro nivel al que nos transporta esta perfecta y elevada forma de arte; "Goodbye again" canta Gahan embromado hacia el escucha que se queda con ganas de más, como yo, por lo cual recurro al bello retorno del re-play. De esta manera, me cantan la bienvenida una y otra y otra vez más. Oh, la belleza de la repetición.

No es que desconociera el absoluto de la obra de Depeche Mode, era solamente que jamás tuvo su momento para irrumpir entre las experiencias y los momentos de mi vida como para que pudiesen quedar anclados como algo que lo definiera. Pero ya ven lo que dicen: "No one expects the Spanish Inquisition". Esta solamente llega, y Dave, Martin y Andy llegaron en el momento preciso. Ahora lo veo como el placer de escuchar 30 años de carrera, trascendencia y leyendas seminales para todos aquellos que los emulan y emularán.


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