viernes, 27 de enero de 2012

Coldplay-ing en la mañana

Es de madrugada y una araña me ha quitado la tranquilidad y el sueño. Prendo la computadora y vuelvo a escuchar Mylo Xyloto de Coldplay; no puedo evitar, por más que lucho contra mí misma, torcer la boca en disgusto y levantar la ceja en profunda incredulidad. Dicen que "no hay quinto malo", pero he aquí que pongo a prueba dicha frase. Decepción, amarga decepción; he sido fan de Coldplay desde que escuché el sonido que la guitarra de Buckland hacía en 'Don't Panic'. Era un embrujo, y aun lo es; un sonido que, si pudiese trasladarlo a alguna cosa, asemejaría la manera en que se deshila una tela sin romperse jamás, con esos delays y reverbos... ahhh, es un orgasmo para mi oído. Eso fue de por ahí cuando era una chamaca de 15 o 16 años que no sabía mucho de nada, quedé embriagada por sonidos que no me eran familiares. El sonido de la guitarra, la voz de Martin, tan aguda y peculiar para un hombre, en fin, Parachutes era, aunque no lo entendiera de esa manera, como un despertar fresco y diferente. Esa edad encajaba perfectamente con lo meloso (porque aceptemos que es un disco meloso) de las canciones; era la música que decía lo que un adolescente cualquiera sentía cuando veía a aquél o aquella que derretía con una sonrisa y provocaba la pérdida total de la cordura (sí, esa era yo... pero aplica a cualquiera). Si no, escuchemos a Martin cantando: ...your skin and bones turn into something beautiful. D'you know? You know I love you so... No fue coincidencia que esa canción pegara de la manera que lo hizo... y que hartara igualmente.  Sin embargo, Parachutes era más que sentimentalismos derramado como miel; era el eterno problema existencialista, el saber quien es uno, el no hallarse en el mundo, sentirse abrumado ante tanto, ante tantos y por tantos... Oh no, I see, I spun a web, it's tangled up with me, and I lost my head, the thought of all the stupid things I said. Regresar a él, después de más de diez años es todo un viaje y sí, supongo que hoy ya me suena a puro sentimentalismo, meloso, cursi... lo cual lo dota de un cierto atractivo  bastante peculiar.

Después del despertar adolescente, el descubrimiento, la ingenuidad, la exploración, la confusión, etc., etc.,  llega A Rush Of Blood To The Head, abriendo con el tour-de-force que es 'Politik', uniéndose al conjunto de canciones que hacían frente al mundo post 9/11, en donde muchos abrieron los ojos y cultivaron una consciencia, a la par de darse de frente con los ideales recién descubiertos: Give me one, cause one is best. In confusion, confidence. I give me piece of mind and trust, but don't forget the rest of us. No puedo negar que esta es de mis canciones favoritas, y según mi punto de vista, de las mejores de Coldplay.  El segundo álbum fue una sorpresa muy grata, una brillante y clara evolución del cuarteto; el sonido maduró y encontró un tono más complejo ante la letra que se le presentaba. El panorama se había abierto y la introspección se convirtió en en un individualismo colectivo, el hombre en medio de las masas. Este, creo yo, fue el último gran álbum de Coldplay. X & Y no fue una mala entrada dentro de su discografía, pero tampoco fue sorprendente. Canciones como 'Fix You', demuestran la fórmula-no-tan-secreta-pero-que-bien-funciona que tanto usa Coldplay, y que aquí entre nos, quizá ya la usaron hasta donde pudieron y debieron; 'Speed of Sound' y 'Talk' ya dan la pauta de dar el giro de esa faceta indie/rock/pop de autodescubrimiento hacia el mainstream consumista; pero no me malinterpreten, dentro de todo o fuera de todo, compré con enorme gusto su tercer álbum y lo escuché hasta el cansancio, cantando en mi más desentonado tono y volumen de voz posible esas notas tan altas que alcanza la prodigiosa voz de Martin (y doy gracias a los cielos de que ninguno de ustedes estuvieran cerca para escucharme).

Después del tercero llegó el cuarto, con noticias de que el mismísimo Brian Eno colaboraría con el cuarteto y muchos pegaron el brinco de alegría. Supongo que a mí me dio lo mismo. Viva La Vida or Death & All His Friends intenta nuevamente tocar el nervio socio-político, tanto en el arte de la portada como en ciertas canciones: When the future's architectured by a carnival of idiots on show, you better lie low, canta Martin en  'Violet Hill'. 'Viva La Vida' (¿gracias Frida por darles el nombre?) fue el hit, aunque no mucho después el mundo se enteró de su gran farsa. ¿Quién en este mundo no sabe de su plagio? Dicho lo cual, mejor continuo. En fin, prefiero canciones como 'Death and All His Friends'. Viva La Vida se convirtió en un disco muy ambicioso, orquestal, con canciones y sonidos que nos recordaba algo o alguien más. El piano de '42' tiene una muy clara reminiscencia a aquel de Lennon en 'Imagine' y 'Cementeries of London' me suena a The Smiths. Aun así, fue un disco que me gustó, a pesar de sus continuas odas a la muerte, a los muertos y el gran pastiche de referencias culturales a las cuales alude casi descaradamente; es un álbum altamente melódico y bien armado, creo que nadie puede negarlo.

Octubre 2011. Mylo Xyloto aparece y toda expectativa que llegó a crecer en mí, se vio derrumbada en un inmenso mar de lágrimas y decepción. Esa imagen de vómito neón que enmarca la portada del álbum, la misma que se ve en cada una de sus presentaciones, es el sonido que logran en el disco y me empalaga. Han recorrido un largo camino desde Parachutes y la inocencia se perdió durante alguna parada. Quisiera eviscerarlo, estrangularlo, deconstruirlo, pero se me hace muy difícil sentarme a escucharlo completo nuevamente, pues no hay una canción que me sirva de gancho y con la cual pueda empatizar. Sobresale 'Paradise', pero no por mérito propio, ya que escucho la canción hasta en la sopa. Voces de plagio se alzaron nuevamente con 'Every Tear Is a Waterfall', la cual toma prestada la música de 'Ritmo de la noche' y 'I Go To Rio'. Call me crazy, pero parece que se están quedando sin ideas. Es un álbum más centrado que Viva La Vida, no tan orquestal y tiende a ladearse un poco hacia los sonidos electrónicos de tendencias 80's, un trend que al parecer todo el mundo quiere utilizar, y canciones como 'Princess of China' remiten a esas canciones que uno escucha en el antro con un vaso de bacardi con coca en la mano. Mejor no digo más. Mejor me quedo con el Coldplay de mi adolescencia y con la música que era simpática de mis pensares y sentires, y espero, que en un futuro no muy lejano, nuevas obras pongan en un rincón muy oscuro los falsos ideales color neón con los cuales me quisieron atraer.

Y ahora, con su permiso, iré a escuchar Parachutes para recordar, pero antes les comparto una de mis canciones favoritas 'Everything's Not Lost'. El piano con Martin y la guitarra de Buckland, dúo perfecto, sumándole letras como: When I counted up my demons, saw that there was one for everyday, with the good ones on my shoulder, I drove the other ones away... simbiosis perfecta.


Everything's Not Lost by Coldplay on Grooveshark


2 comentarios:

Jaime Espinoza dijo...

Yo creo que Coldplay sólo tiene dos discos buenos (a secas): "Parachutes" y "A rush of blood..." lo demás fue totalmente sobrevalorado. La verdad, creo que desde un principio, la banda no iba a dar para más, por que empezaron a componer con un estilo de música que ya estaba muy explotado desde los 60s. Si, es cierto que fue un sonido fresco cuando debutaron allá por los finales de los 90s, en una época en donde el nu-metal reinaba en la escena del rock y el britpop se acercaba a su ocaso. Pero Coldplay no supo evolucionar de una manera mas creativa, y lo dejaron ver con su X&Y, hubo un crecimiento comercial pero no creativo, lo que le pasa a la mayoría de los grupos del "mainstream". Ahora, pues su música solo es dirigida a sus millones de fans que han logrado en esta década para "cumplir" con un disco nuevo y seguir vendiendo. La creatividad e innovación del grupo (si es que alguna vez hubo) se quedo muy, pero muy atrás. Y en contraparte, yo creo que como un gran ejemplo de evolución musical (mucho mas viejo que Coldplay) que sobrevivió a las décadas, y supo adaptarse a los cambios culturales, musicales y tecnológicos, es Damon Albarn, el auténtico músico-empresario, pero esa es otra historia.

Unknown dijo...

Amén sobre Damon, es el hombre renacentista, de eso no hay duda. Y sí, Coldplay se convirtió en una banda comercial, como muchas otras antes de y muchas otras después de... es una lástima, pero bueno... como dicen: "poderoso caballero es don dinero".