jueves, 7 de mayo de 2009

Cambiando de casa.

Estoy justo a mitad de ordenar el sofocante caos de nuestra casa nueva, pero parece que es algo imposible. Cajas por aquí, por allá, por acullá (acuyá... como se escriba, I don't care); cajas, cajas, cajas, cajas, cajas y más cajas.


Cajas chiquillas, otras más chiquillas.
Cajas grandotas, medianillas.
Cajas feas, cajas bonitas.
Cajas grises, cajas blanquitas.


Bueno, no quiero aburrirlos con tantas cajas regadas, también hay botes de pintura, unos botes grandotes, otros chiquitos. Pintura de aceite, pintura acrílica.


¡Polvo! Ufffff.... de ese hay de amontones. Polvo, maldito polvo. La maldición de los juarenses, el pinche polvo. Uno limpia y cinco minutos más tarde, ya hay polvo otra vez. Y las alergias... las malditas alergias que no lo dejan ni respirar agusto a uno. Los constantes estornudos y los ojos llorosos. La comezón en la nariz, comezón para todo tipo de narices, grandes, pequeñas, medianas, torcidas, chatas, respingadas, etc. Ya saben como es esto de las alergias.


Vaya, entre tanto caos y estres, la única luz de esperanza que se ve por ahí proviene de mi iTunes con Vladimir Horowitz tocando Chopin. Se los recomiendo. Verán todas las luces que quieran y por un momento, todo el caos y todas las cajas y todo el polvo desaparecerá.

1 comentario:

Roxy dijo...

te comprendo... perfectamente! Suerte que tu solo tuviste que mover tus cajas hacia otro apartado postal... en cambio yo... hasta otra ciudad... es el verdadero infierno.. no se como hay gente que le encanta tanto mudarse de casa... yo la verdad no lo recomiendo...
por cierto ranita.. ya esta lista tu cocina? jejeje
te amoo