Hace tanto tiempo que no escribía, que no visitaba el blog, ni mis cuadernos, ni las chocantes hojas blancas del Word; había estado combatiendo un constante estado hormonal altamente alterado, náuseas de 24 horas, los 7 días de la semana y una inexplicable apatía, que incluso me llevó a la completa abstinencia musical… un episodio ya pasado, ¡fiuu! Ahora sólo me ocupo de permanecer recostada casi la mitad del día, no tanto por gusto, sino por órdenes del médico, pues el chiquillo lo requiere… una pequeña ranita que va creciendo en mí y que ya me muero de ganas por conocer. Me froto las manos de puritita y completita emoción, pensando en toda la música que aprenderá, la estúpida cantidad de películas que llegará a ver y todos los libros que le tocaran por las noches (como cuentos de Poe antes de dormir… ya saben, kid friendly). Pobre pequeño (en un sentido generalizado), le ha tocado ser hijo de un par de geeks. Terminaremos por formar a un bohemio-romántico-idealista, quien aparte de todo, por cuestiones genéticas, tendrá un afro de cabello chinísimo, usará gafas y converse como zapato de todos los días; recibirá en vez de juguetes, un par de guitarras, pinturas, pinceles y blocks, una interminable biblioteca de cuentos, novelas y cómics, y sin duda alguna, la discografía entera de los Beatles. Y quizá, en un futuro no muy lejano, nos reclame el no haberle regalado juguetes normales, el haberle causado pesadillas en las noches y el tener que haber visto películas cuyo idioma no entendía. Sí, tal vez.
1 comentario:
Muchas gracias!!! Ojalá así sea!
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