No tengo nada interesante que poner este día, tan sólo quiero escribir y ya con esto me preparo para ir a escribir un reporte un poco más tarde, cosas escolares, ya saben. Confieso: estoy muy agradecida por los capuccinos descafeinados del bas-Starbucks. So, gracias a los cielos por el baby-safe coffee que disfruto en estos momentos.
Nomás porque sí: porque fanfarronerías sonoras provenientes de trompetas doradas llenan el archivero de mi cabeza. Porque los bloques contra la inspiración aturden. Porque no hay más que hacer más que aventar los escupitajos de letras hacia el camino. Porque duelen las llagas de los dedos de tanto escribir. Porque hay que escribir. Porque si no escribo, moriré.
jueves, 19 de mayo de 2011
miércoles, 4 de mayo de 2011
En mi cabeza una y otra y otra y otra vez
Hace tiempo vi un video de una niña con su padre cantando 'Home' de Edward Sharpe & The Magnetic Zeroes y siendo la sensibilidad-andando que puedo llegar a ser, hasta lágrimas de ternura me sacaron. La canción se me quedó atascada en la cabeza sin saber de quién era, hasta hace poco que comencé a verla interminablemente en algún comercial por la tele. Tenía que tenerla... y ahora la tengo.
Esta canción me hace sentir tan bien y la tengo ahí, bien metida en la cabeza, tocando en un gran e intermiable loop (redundancias, redundancias).
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