En 57 minutos, febrero habrá acabado y no volveremos a ver este día hasta dentro de cuatro años. Quisiera ser de esos que celebran su cumpleaños el día 29, así un año me duraría realmente cuatro. En fin. La verdad es que no tenía nada, absolutamente nada interesante que escribir, tan sólo pensé importante el hecho de crear una entrada en el día que sólo aparece cada cuatro años. Ahora me iré a dormir, ya mañana lidiaré con el hecho de haber desperdiciado esta noche al no haber escrito algo de provecho y de placer. Los leo en marzo.
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