Escucho Grizzly Bear, leo El atentado de Jorge Ibargüengoitia, tomo apuntes. Escucho Grizzly Bear, tomo apuntes y leo El atentado. Tomo apuntes y escribo canciones de Grizzly Bear. Leo El atentado musicalizado por Grizzly Bear y lo inyecta de un ambiente de melancólica humedad, de espacios confinados y una oscuridad que se pinta de azul como en un día lluvioso. Sigo leyendo a Ibargüengoitia, escucho a Grizzly Bear y pinto mis apuntes de azul. Es una tarde muy productiva. (El álbum de Grizzly… Yellow House, nomás por si se preguntan)
Nomás porque sí: porque fanfarronerías sonoras provenientes de trompetas doradas llenan el archivero de mi cabeza. Porque los bloques contra la inspiración aturden. Porque no hay más que hacer más que aventar los escupitajos de letras hacia el camino. Porque duelen las llagas de los dedos de tanto escribir. Porque hay que escribir. Porque si no escribo, moriré.
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jueves, 14 de abril de 2011
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