Después de un par de horas muy frustrantes entre empujones, bullicios y engentamiento en las Lavasolas (estampidas de señoras y señores, muchachos y muchachas, luchando ferozmente por una secadora disponible), lo mejor que uno puede hacer es ir a rentar una película. Así que después de haber, victoriosamente, sacado la ropa de la secadora, después de haberla doblado y haberla metido al carro, mi marido y yo nos dirigimos al Blockbuster. La intención inicial de rentar películas fue terriblemente opacada, no más tarde que dos segundos después de haber cruzado la puerta al entrar, pues justo ahí frente a nosotros, estaban todas coquetas y engalanadas las cajitas de cartón, esas que tienen el enorme letrero de 3x2 pegado en cada uno de sus lados.
Ahí van pues dos ratoncitos a hurgar entre películas y películas, arriba y abajo, de un lado hacia el otro. Hurgando como nunca habíamos hurgado, y los frutos de nuestro arduo trabajo fueron tan dulces, pues encontramos tesoros tan grandes que pasan desapercibidos para los mortales comunes. ¿Qué? ¿Ya les colmé la paciencia? Está bien, ya les diré lo que encontré por ahí: Elements of Crime por Lars Von Trier y en Criterion, nada menos. The White Shiek de Fellini, también en Criterion. Epidemic, Lars Von Trier. Una de Pier Paolo Pasolini cuyo título estaba raro y no recuerdo, pero algo tenía de Wings; Barton Fink de los Hmnos Coen; Mystery Train de Jim Jarmusch. Lost In Translation de Sofia Coppola, una película que no les gustó a muchos, pero a mí me fascinó. Y, para terminar, The Hidden Fortress de Akira Kurosawa, también en Criterion.
No las nombro para presumir, que ni siquiera las compramos, sólo pudimos salir con 3 bajo el brazo, ya que el resto del dinero se esfumó en jabón, suavizantes y secadoras. Las demás quedaron escondidas en aquellas cajitas de cartón para la suerte de otro cinéfilo que sepa apreciar lo que es bueno y lo que vale en esta vida (y que también sepa hurgar).
Amo esas cajitas de cartón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario