Maldito calor, no puedo ni escribir del calor que hace y sumándole el calor que despide la laptop, no es nada proporcional al bufido que logra sacar el aire acondicionado. Me derrito; por esta razón odio el verano. Lo odio. No hay otra manera de ponerlo. Soy amante del frío, las heladas, las mañanas lluviosas y los días lluviosos y las noches lluviosas, aunque en esta ciudad, un día lluvioso signifique tener que sacar la lancha, por las malditas calles que se convierten en ríos y lagos y lagunas. ¿Qué en gobernación no pueden contratar a mejores ingenieros civiles? Trabajadores, mentes creativas para solucionar problemas de drenaje y cosas así, como eso de que las calles se abren para tragar civiles.
Esto de estar tirada bajo la rejilla del aire es terrible, sobre todo cuando el sobrecama se pega a la ropa y la ropa se pega a la piel. Lo peor de todo es que no hay ni una sola maldita nube en el cielo, nada. Ni una pequeña brisa o muestra de un viento refrescante. Maldito desierto.
1 comentario:
Bendicelo...y te molestará menos :)
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