Me odio en días como estos, en los cuales no puedo escribir... o mejor dicho, si puedo, pero lo que escribo es algo que pasa por pura mierda intelectualoide barata y no hago más que tomar café y salirme a fumar, en espera de que la mezcla de la cafeína y la nicotina me hagan sentir una pizca de bohemia inspiración -grandísimo cliché- y pueda regresar ante la fría pantalla de la computadora a escribir, o mejor aún, a la porosa superficie de las hojas de mi cuadernillo que cargo siempre a todos lados y así escribir. Pero no, ni fu, ni fa funcionan. Me odio. Odio mi bloqueo, odio mis dedos, odio este teclado, odio la pluma y el papel, odio el blog, odio las palabras, odio las ideas, todos se mofan de mí.
Ya me enojé... al carajo con todo.
2 comentarios:
Una inquietud muy común ésta que tú tienes.
Acabo de leer por casualidad un post muy reciente que parece sintonizar de manera muy íntima contigo.
http://capricornio.wordpress.com/2012/04/01/salinger/
solo me queda decir.
ah-ha!
;D
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